Un discusión acabó en la noche del domingo en tragedia en el barrio de El Ciervo, en la localidad turística de Morro Jable. Dos hombres comenzaron un enfrentamiento en la calle a consecuencia de la ocupación ilegal de una vivienda. Tras comenzar a pelearse, uno de ellos esgrimió un cuchillo de cocina atado a un palo y le asestó al otro al menos seis puñaladas. Luego lo remató en el suelo al golpearlo dos veces con una piedra de grandes dimensiones que le ocasionó la muerte. Un agente de la Guardia Civil franco de servicio detuvo al presunto asesino.

La víctima fue identificada como Enzo de Jesús O. H. (Gran Canaria, 1992) y llevaba varios años residiendo en Morro Jable. Viviá de okupa en una vivienda situada en la calle Pérez Galdós, al parecer propiedad del presunto asesino, que tras su detención fue identificado como J. M. L. (Asturias, 1953), con numerosos antecedentes policiales.

El presunto autor material de la muerte mantenía serias discrepancias con la víctima porque se había metido a vivir en el piso que tiempo atrás fue su hogar familiar. A pesar de los reiterados requerimientos para que desalojara el inmueble, no le hacía caso.

El domingo, J. M. L. , que últimamente residía en Costa Calma, se desplazó hasta Morro Jable para ir en búsqueda de la víctima. Se lo encontró bajando la cuesta de la calle Lope de Vega. Le volvió a demandar que abandonara la vivienda, pero éste lejos de hacer caso le hizo frente. Entonces comienza la pelea, el más joven con una botella y el presunto asesino con un cuchillo atado al extremo de un palo para tener más opciones de llegar al cuerpo del adversario. Logró apuñalarlo en varias ocasiones.

El Bar Eliseo estaba repleto de clientes que se habían dado cita para presenciar el partido de fútbol entre el Betis y el Barcelona. Tras la conclusión del choque siguieron comentando la victoria azulgrana. De repente, sobre las 22.30 horas, entra Enzo., gritando que lo querían matar y continúan la pelea en el interior del bar. Mesas por los suelos, sangre y nuevos pinchazos. La víctima salió corriendo a la calle perseguido por el presunto asesino, pero el joven okupa pierde el conocimiento a causa de la perdida de sangre, lo que le hace caer al suelo. En su alocada carrera J. M. L. se desprende de su artilugio mortífero, que abandona debajo de un coche, coge una piedra y golpea en dos ocasiones en la cabeza de la víctima ocasionándole la muerte.

Un agente de la Guardia Civil que se encontraba fuera de servicio junto a varios testigos logró detener al presunto autor material de la muerte. Inmediatamente hicieron acto de presencia en el lugar de los hechos agentes de la Policía Local de Pájara, así como miembros de la Policía Científica del instituto armado.

Un vecino de la víctima, que pidió mantener el anonimato, señaló que el joven asesinado "vivía de okupa en la vivienda donde había residido con su familia el hombre que lo mató. Tenían problemas por esto porque no era la primera vez que se metía en la casa". Además, añadió que "el joven que murió vivía con una chica y un niño pequeño pero las peleas eran continuas. En muchas ocasiones tenía que venir tanto la Policía Local como la Guardia Civil por los escándalos y la violencia de género. Sin embargo, la muchacha se fue con su hijo y abandonó la vivienda".

Fuentes policiales señalaron a este periódico que tanto la víctima como el presunto agresor tenían antecedentes policiales.

Más asesinatos

Morro Jable se ha visto salpicado en los últimos tres años por otros asesinatos que ayer recordaban los vecinos de la localidad turística de Pájara.

El 3 de marzo de 2015, el joven Daniel M. I. ( Talavera de la Reina, 1989) recibió siete puñaladas cuando salía de su trabajo de camarero en un hotel de la zona. Varios días después sería detenido el autor de su muerte, Pedro M. B., que fue condenado a casi una veintena de años de cárcel.

En febrero de 2016 otro macabro suceso generó la preocupación de los vecinos. Matías G. M., nacido en Uruguay y de 33 años, fue encontrado tirado junto al puente de Esquinzo. Los asesinos lo habían lanzado desde lo alto de la carretera. Un año tardaron en identificar a los dos presuntos autores de su muerte.