Un joven de 17 años, identificado como Pablo S. S. y vecino del Valle de Jinámar, falleció ayer ahogado después de que fuera arrastrado por la corriente cuando se bañaba en la playa teldense de Media Luna, también conocida como de La Restinga. Un amigo suyo, de idéntica edad y también residente en el mismo barrio, consiguió salir del agua por su propio pie. Los guardias civiles lograron recuperar el cadáver, que se encontraba a unos 150 metros de la costa y a cuatro metros de profundidad.

El taxista Miguel Ángel Santana García, que se encontraba en la zona, fue quien dio la voz de alarma sobre las 12.17 horas, cuando llamó al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 e indicaba que dos personas estaban en apuros en la citada zona, a la altura del Centro Comercial Las Terrazas. Ambos habían decidido darse un baño, pero la corriente les arrastró y, según indicó el superviviente, Pablo S. S. sufrió calambres por lo que quedó atrapado en el mar.

Al lugar se desplazó un amplio dispositivo para tratar de rescatar al menor. Así, el 112 movilizó al helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, a Salvamento Marítimo, que a su vez trasladó la embarcación Salvamar Nunki y helicóptero Helimer; los bomberos del Consorcio de Emergencia del parque de La Garita, la Guardia Civil a través de los agentes destinados en el GEAS, el Servicio de Urgencias Canario (SUC), los socorristas de Proactiva, Policía Local de Telde y Policía Nacional.

La agentes municipales, a su llegada, atendieron al joven, quien quedó tendido junto a las mochilas de ambos habían dejado sobre la arena. Los bomberos, por su parte, se introdujeron en el agua para tratar de localizar al bañista, que estaba en una zona de fuertes corrientes, aunque sin éxito. La tripulación del aparato del GES fueron quienes, sobre las dos de la tarde, avistaron el cadáver y marcaron el lugar con una bengala de humo hasta la llegada del GEAS.

Dos componentes de esta unidad fueron quienes recuperaron el cuerpo de Pablo S. S., que se encontraba a unos cuatro metros de profundidad, según indicaron fuentes oficiales del Instituto Armado. Estos se sumergieron e izaron el cadáver, que fue introducido en la Salvamar Nunki, que a su vez lo trasladó hasta el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria a la espera de la llegada de la autoridad judicial. Agentes de la Policía Nacional se hicieron cargo de la investigación.

El menor Pablo S. S. es la segunda víctima que se registra en la costa de Gran Canaria durante los 22 primeros días del año. El anterior caso se produjo el 10 de enero cuando una mujer falleció en la playa de Amadores. En lo que llevamos de 2018, un total de cinco personas han perecido en el litoral canario, dos de ellos turistas lituanos que murieron ahogados en una piscina del norte de Tenerife.