Más de un centenar de personas se reunió este miércoles 24 de enero en el tanatorio de Santa Lastenia (Santa Cruz de Tenerife) para despedir al pequeño Dereck, el niño de cuatro años que falleció el pasado lunes después de que en octubre de 2017 fuera atropellado cuando se dirigía con sus hermanos al colegio en García Escámez.

Los sentimientos estaban a flor de piel para dar el último adiós a este pequeño que se cruzó con la tragedia el 24 de octubre del año pasado. Familiares, vecinos del barrio y también muchos padres de este centro educativo de la capital quisieron acercarse para arropar a la familia que hasta el último momento esperó un milagro y que el menor pudiera recuperarse de las graves lesiones que le produjo el atropello. Sin embargo, finalmente Dereck falleció el pasado lunes en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria donde había permanecido ingresado en estado crítico desde el accidente.

Desde allí, el cuerpo del menor fue trasladado hasta el Instituto Anatómico Forense donde le fue practicada la autopsia. El velatorio comenzó este martes hacia las 10.30 de la mañana y la misa para despedir al menor tuvo lugar pasadas las 14:30 de la tarde.

Dereck fue arrollado junto a su hermano Evans de seis años en un paso de peatones mientras se dirigían al colegio acompañados por su padre y su hermana mayor. La conductora de 28 años y madre de dos hijos, dio positivo en el test de drogas y presuntamente se saltó un semáforo en rojo y arrolló a los dos hermanos que caminaban por delante.

El mayor de ellos fue trasladado al Hospital Universitario de Canarias donde tuvo que ser operado quirúrgicamente en varias ocasiones. Por suerte, Evans ha conseguido recuperarse de las lesiones y está haciendo vida normal. Dereck tuvo que ser recuperado de una parada cardiorespiratoria tras el atropello y fue traslado al Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria con lesiones cerebrales muy graves. A finales de octubre el estado del menor empeoró y finalmente no ha podido recuperarse.

El tío de los menores, Juan José Hernández, aseguró que la conductora ni siquiera ha llamado a la familia para disculparse por lo sucedido después de que hayan transcurrido tres meses desde el accidente. La conductora está en libertad con cargos a la espera de juicio y podría pasar hasta cuatro años en prisión por lo sucedido. La conductora se negó a declarar ante al juez y tuvo que entregar su permiso de conducir en el Juzgado.