Un empresario italiano afincado en el sur de Gran Canaria acudió el pasado domingo a cenar en el restaurante 360 grados del Hotel Bohemia de Playa del Inglés junto a su esposa. Lo que había sido una velada idílica y romántica en uno de los más espectaculares restaurantes del sur grancanario, con las dunas y el faro en el horizonte, se convirtió, justo al final, en una pesadilla. Ante ellos se desplegó la cuenta: más de 4.000 euros. Dos botellas de vino Pingus 2013, el caldo más caro de España cuyo coste por unidad asciende hasta los 1.950 euros, engrosaban la cuenta que, según el cliente, debía de ascender hasta los 400 euros con las dos botellas que había pedido, de 70 euros cada una. Por ello, se opuso a pagar los más de 4.000 que le piden desde el establecimiento por lo consumido.

La Policía Nacional tuvo que acudir al local y procedió a la detención de la pareja como presunta autora de estafa. Ahora será un juez el que determine quién tendrá que hacerse cargo del coste de esos Ribera del Duero. El primer asalto lo ganó el miércoles el cliente: el juez sobreseyó provisionalmente la causa, aunque abre la vía del recurso.

El arrestado, que prefiere mantener el anonimato debido a su negocio en el Sur, relató a este periódico su versión sobre lo ocurrido durante la tarde noche del domingo, 1 de abril. Después de llevar meses sin poder tener una velada con su mujer debido al intenso trabajo que tiene en su establecimiento de hostelería, decidieron sobre las cuatro de la tarde reservar una mesa en un lujoso restaurante que le había recomendado un amigo. Primero se tomaron una copa en la terraza y después entraron en el comedor para disfrutar de la cena con el panorama de las dunas en el horizonte desde la circular azotea. "Pedí un vino que valía 70 euros, que era un PSI de Dominio de Pingus, también un tinto fino pero una botella distinta" a la del Pingus 2013.

En cambio, lo que se puso sobre su mesa fue este último vino, reconocido como uno de los mejores del mundo y el más caro de los que se comercializan en España. No obstante, su precio en Internet asciende a unos 1.200 euros. La comida continuó sin más incidencia. "En ningún momento la camarera nos dijo su coste, ni nos explicó nada; un restaurante de este tipo, ante la petición de productos de lujo como éste, deben de informar no sólo en una ocasión sino en varias el vino que se está sirviendo", alega este hostelero del sur con amplia experiencia en el sector.

El vuelco al corazón le dio cuando la trabajadora le presentó la cuenta. Más de 4.000 euros. "Eso es un error", asegura que le dijo a la camarera. Cuando su mujer volvió del servicio y le informó de la cuantía de la factura, esta "casi se desmaya", afirma. Fue entonces cuando hubo una discusión con los camareros y el maitre del negocio porque, como recalca, se oponía a pagar tal cuantía. "Les dije que pagaba los 400 euros que costaba la cena con los vino de 70 de euros que había pedido, pero no los 4.000 euros".

El restaurante decidió avisar a la Policía Nacional, que acudió al lugar para tomar declaración a ambas partes. Siempre según el empresario, en ningún momento se opuso a irse sin pagar la cuenta. "No hice un 'simpa' como dicen", señala. Pero los agentes decidieron detener a la pareja, de 35 años él y 43 ella, como presunta autora de una estafa ya que, como informó el pasado miércoles la Jefatura Superior de Policía de Canarias en un comunicado, los agentes "pudieron comprobar que el vino servido se correspondía con el vino seleccionado por estos".

"Hemos pasado momentos muy vergonzosos", señala el empresario italiano. Y agrega que su mujer vivió momentos duros cuando fue detenida y trasladada a la Comisaría de Maspalomas, donde le tomaron las huellas y le hicieron una fotografía. Posteriormente, fueron puestos en libertad a la espera del juicio rápido que se celebró el miércoles. Como señalo el cliente, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana decidió sobreseer provisionalmente la causa, aunque abre la posibilidad de recurso por lo que se prevé que el pleito continúe.

Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el restaurante 360 grados durante los dos últimos días para tratar de conocer su versión de los hechos, aunque sin éxito.