Luis Alvarado Alemán se ha convertido en cosa de un año en el delincuente más conocido de Gran Canaria. En su haber delictivo se encuentra más de una treintena de robos, perpetrados sobre todo en la comarca del Sureste, así como al menos cuatro persecuciones que, casi siempre, han acabado con este individuo escapando entre montañas y descampados. Más conocido como el Bufo, este joven de 28 años que se encuentra en busca y captura por la justicia también tiene vida privada, que lleva a cabo a espaldas de los cuerpos de seguridad.

El Bufo salió de la cárcel el pasado 13 de febrero. En ella había estado encerrado seis meses, concretamente desde el 8 de agosto del año pasado, cuando un juzgado de Telde decidió que permaneciera un tiempo entre rejas después de ser detenido por la Guardia Civil en Cruce de Arinaga gracias a que un ciudadano dio un soplo de que lo había visto por la zona de Vecindario.

Sólo le hicieron falta unas horas en libertad para, presuntamente, volver a delinquir. Lo hizo aquella misma noche al protagonizar al menos siete robos en el municipio de Santa Lucía. Entonces, se abrió otra orden de detención contra Luis Alvarado Alemán por estos mismos hechos, como indicaron fuentes policiales.

En esta ocasión, los cuerpos de seguridad no han destinado tantos medios como los utilizados en verano del año pasado, cuando lo llegaron a acorralar en su vivienda aunque al final logró huir. Tanto el Instituto Armado como las policías locales, sobre todo la de Santa Lucía, conocen bien a este escurridizo delincuente, que ha pasado varias épocas de su vida entre rejas. Residente en Sardina del Sur, sus habilidades le han llevado a escapar a través de las azoteas que rodean su casa familiar o por los riscos de la Isla tras una persecución que acabó con el coche robado estampado.

Su desafío a los cuerpos de seguridad lo lleva incluso a las redes sociales. Su cuenta de Facebook, parte de ella abierta al público, la ha actualizado varias veces durante las últimas semanas a sabiendas de que se le persigue para que retorne a la prisión de Juan Grande. En ella muestra su amor a su pareja sentimental y a sus dos hijos de corta edad con decenas de fotografías como cualquier otra familia.

Tras su paso por la cárcel, durante el cual su muro permaneció congelado, ha seguido actualizando su perfil pues su última publicación data del pasado 31 de marzo. Además, en el último año ha compartido frases en las que deja entrever que sólo responde ante Dios. "De rodillas ante Dios, de pie ante el mundo" o "lo fácil ya lo hice, lo difícil lo estoy haciendo y lo imposible sé que con Dios lo voy a lograr" son las misivas que aparecen sobre fotografías de famosos como el actor estadounidense Vin Diesel o el cantante Maluma.

Su comportamiento, cuando está en la calle sin ser buscado por la justicia, llega a ser cordial, la de un joven que pasa una mañana junto a su compañera sentimental. En septiembre de 2016 coincidió con un periodista y una redactora gráfica de este periódico durante la elaboración de un reportaje en el barrio de Orilla Baja. En el encuentro espontáneo alardeaba de haber salido recientemente de prisión y de que le habían quitado la pulsera de seguimiento por GPS del tobillo.

Vestido con un pantalón vaquero de pitillo y una camisilla de tirantes, departió durante unos minutos sobre el caso Yeremi Vargas y la acusación de un vecino suyo como el principal sospechoso de su desaparición. Aseguró que nunca había visto a Antonio Ojeda, alias Juan el Rubio, y aseguraba que, tras lo ocurrido, éste nunca podrá volver por Sardina del Sur.

En las redes sociales comparte información personal como sus puestos de trabajo, entre los que destaca una empresa de alimentación del Archipiélago, o el centro donde cursó estudios, el IES Tamogante de Sardina del Sur.

Ahora vuelve a la actualidad al, supuestamente, ser el autor el pasado viernes una nueva persecución que se alargó unos 30 kilómetros, la más larga hasta el momento. Sustrajo un turismo en Vecindario, se fue a Playa del Inglés y desde ahí inició una fuga en la que participaron varios cuerpos de policía y que acabó en la localidad teldense de El Goro. Aprovechando la oscuridad, escapó corriendo por un descampado.