El incendio que azota los montes de Granadilla desde la madrugada del domingo continúa sin estar controlado, después de que la difícil orografía del terreno haya dificultado las tareas de extinción a lo largo de toda la jornada y a última hora de la tarde se alcanzara la cifra de 220 hectáreas calcinadas por las llamas.

Los primeros avisos del incendio se producían en torno a las 22.00 horas de la noche del domingo, advirtiendo de un conato situado en la zona conocida co-mo Madre del Agua, en el municipio de Granadilla, en el entorno del Paisaje Lunar. Hasta el lugar se desplazaban en ese momento Brigadas Forestales de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife (Brifor), al tiempo que se producía el corte de la pista que enlazaba hasta la zona del fuego, una vía que parte de la carretera general y que enlaza con el cas- co de Vilaflor por el cruce con Bocatauce.

Poco después, y con un frente de casi 500 metros que era visible desde varios puntos del sur de la isla, se ponía en marcha una reunión permanente de respuesta al incendio, con la presencia del alcalde de Granadilla, José Domingo Regalado; el concejal de seguridad del municipio, Jacobo Pérez; la alcaldesa de Vilaflor, Agustina Beltrán, y el edil de seguridad del consistorio, Víctor Álvarez, estableciendo coordinación permanente con el Cabildo de Tenerife para definir las primeras actuaciones.

Difíciles condiciones de viento

Las rachas de fuerte viento (hasta 75 kilómetros por hora) en medianías durante la noche dificultaban las tareas de extinción del incendio que, sin embargo, se veía favorecido por las bajas temperaturas y una humedad que rondaba el 70%. La presencia de tres helicópteros del Gobierno de Canarias, con una carga de entre 1.000 y 1.500 litros de agua, contribuían a mejorar las condiciones y a atacar el fuego, adquiriendo mayor importancia debido a que la dificultad del terreno dificultaba el trabajo de los medios terrestres, compuestos por efectivos del Cabildo de Tenerife, Unidad Militar de Emergencias (UME), Policía Local y Guardia Civil, además de refuerzos militares llegados desde Gran Canaria

De esta forma, se conseguía controlar el foco que amenazaba el Campamento Madre del Agua, uno de los objetivos principales de los equipos desplegados en el municipio sureño, sin que la instalación llegara en ningún momento a verse afectada.

El fuego, dividido en dos flancos (uno en dirección oeste, hacia Vilaflor, y otro este, acercándose al municipio de Arico), modificaba en varias ocasiones su dirección debido a las rachas de viento que soplaban de manera constante. Las llamas se consideran controladas en la zona que linda con Vilaflor, pero el frente de Arico es el que generaba mayor preocupación, especialmente por la intensa niebla que dificultó notablemente el trabajo de los helicópteros en la zona baja de los barrancos. Así, el flanco avanzaba próximo al Barranco del Río pero lejos de cualquier núcleo poblacional; razón principal por la que el Cabildo desechó incialmente elevar la categoría del incendio de nivel 1 (referido a aquellos que se estima que pueden ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan de Comunidad Autónoma) al 2, aunque finalmente terminaría por solicitar a última hora de la tarde la colaboración del Estado por medio del envío de dos hidroaviones anfibios cuya llegada se producirá hoy.

José Antonio Valbuena, consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, puntualizaba que "no se han solicitado porque sea insuficiente con el trabajo de los helicópteros, sino porque en algunos puntos el incendio está subiendo de cota y, a ciertas alturas, los helicópteros pierden operatividad", en detrimento de las aeronaves anfibias.

Con todo, Valbuena se mostraba moderadamente optimista al apuntar que "no tenemos las condiciones extremas de alta temperatura y baja humedad con las que nos encontramos en verano", si bien admitió que "las rachas de viento nos están perjudicando".

Por su parte, Carlos Alonso, presidente del Cabildo tinerfeño, incidió en el hecho de que "la zona del incendio es de difícil acceso" y que los esfuerzos "se concentran en el frente este".

Además del análisis sobre la situación del incendio, el técnico de prevención y extinción de incnedios, José María Sánchez, analizó que "todo hace pensar que la causa es humana, debido a algún descuido o negligencia", si bien reseñó que "aún no se ha llevado a cabo la investigación; nuestra prioridad ahora es apagarlo".

Para ello los trabajos se han seguido desarrollando durante toda la noche, momento en el que 115 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias continuaron su lucha contra el fuego mediante herramienta manual, toda vez que los helicópteros dejaron de sobrevolar la zona al anochecer. La presencia de los dos hidroaviones y la mejora en las condiciones climatológicas podían suponer que el incendio se dé por controlado durante la jornada de hoy.