Los miembros del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife rastrearon ayer la ladera del barranco de Rosales en Firgas donde el pasado viernes se encontraron restos humanos. Los agentes hallaron más pruebas que ayudarán a identificar las piezas óseas, que en principio se cree que pertenecen a un vecino de Arucas que desapareció hace ahora tres años.

Los componentes del equipo especializado en trabajar en zonas de difícil acceso acudieron sobre las 11.00 horas al punto situado entre los kilómetros 17 y 18 de la carretera GC-300, a la altura del bario firguense de Buen Lugar y muy próximo a la presa Cortijo, donde se encontraron los huesos. En el lugar inspeccionaron gran parte del risco ayudados de cuerdas debido a la pendiente existente y a la abundante vegetación, que dificultaban las tareas. En la búsqueda también participó un helicóptero del Instituto Armado, que fue el encargado de trasladar a los agentes desde Tenerife y de realizar batidas desde las alturas.

Los trabajos continuaron hasta aproximadamente la una de la tarde, cuando se pusieron fin después de encontrar algunas piezas que podrían ayudar a obtener más información. En cualquier caso, está previsto que el Greim vuelva a personarse en el lugar durante los próximos días para peinar tramos del barranco que ayer no pudieron visualizar.

Los componentes de la Policía Judicial, entre los que se encontraban los miembros del Laboratorio de Criminalística, acompañaron al Greim para señalar las zonas donde podría haber más restos humanos, sobre todo entre la carretera y una acequia. Ya el pasado sábado, un día después de que la Policía Nacional hallara los huesos, se recogieron más de una decena de pruebas entre las que había varias piezas óseas y prendas de ropa que, según indicaron fuentes cercanas a la investigación, podrían pertenecer al desaparecido.

Estas fueron trasladadas al citado instituto, donde se realizarán los correspondientes análisis para determinar las causas del fallecimiento, aunque en principio se descarta que existan signos de violencia. Asimismo, se extraerá información genética para cotejarla con la de familiares de desaparecidos. Sin embargo, todo apunta a un hombre, de unos 50 años, cuyo paradero se desconoce desde hace ya tres años, como indicaron las mismas fuentes. Los resultados de estas pruebas estarán en una o dos semanas.

Juana Ramos

Por otro lado, la Policía Nacional sigue con la búsqueda de la vecina de La Paterna Juana Ramos, quien permanece desaparecida desde agosto de 2016. Precisamente, los rastreos para hallar algún indicio sobre su localización permitieron que los agentes de este cuerpo de seguridad se dieran de bruces con los restos humanos que ahora analiza la Guardia Civil, competente en esta demarcación de las medianías del norte de Gran Canaria.

Los agentes actuaron con la ayuda de la Unidad de Guías Caninos, con la que hallaron más huesos. Casi desde el primer momento se descartó que pertenecieran a Ramos ya que todos los indicios hacían apuntar hacia al vecino de Arucas, como precisaron las mismas fuentes. Por ello, la Policía Nacional dejó la investigación en manos del Instituto Armado.

Cuando se produjo el hallazgo, en el lugar también se encontraban operarios de carretera que están adecentando las cunetas de la GC-300. Estos indicaron ayer que todo ocurrió a primera hora de la mañana y en cuestión de minutos el barranco de Rosales se llenó primero de agentes de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, ante la posibilidad de que se encontraran con el hallazgo de Juana Ramos, y posteriormente de miembros de la Guardia Civil.