El bombero José Francisco Naranjo estaba dando un paseo por la avenida Mesa y López junto a su mujer y sus dos hijos la noche del pasado sábado cuando no dudó en entrar en una casa en llamas. Rescató a su único ocupante, salvándole la vida ya que se encontraba tendido en el suelo inconsciente. Sus compañeros del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria solicitan ahora al Cabildo de Gran Canaria que premie con una medalla al mérito no sólo este servicio que realizó de manera altruista, sino también por su participación en el rescate de un pescador que se había caído al mar el pasado 28 de mayo en la costa de Agaete.

Naranjo, vecino de Guanarteme, recogió la solicitud con agradecimiento hacia quienes están a su lado los días de guardia en los diferentes parques de la Isla, sobre todo en el de Gáldar donde suele estar destinado. "Estoy muy agradecido y orgulloso del colectivo al que pertenezco", dijo, para añadir que si finalmente se le entrega alguna distinción por el servicio de la pasada semana, lo repartiría "con todos por la labor que hacen día a día", en referencia a sus propios compañeros del Consorcio, "el resto del bomberos, policías y sanitarios del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 que estuvieron y en especial al vecino" que les abrió y la puerta y les acogió hasta la llegada de los bombero de Las Palmas de Gran Canaria. Y es que hasta el número 59 de la avenida Mesa y López se movilizaron decenas de efectivos de diferentes cuerpos para así actuar contra el incendio que se había originado en la tercera planta de un edificio de 17 alturas. Dentro, José, un hombre de 62 años que vive solo, vio cómo una botella de alcohol que llevaba en sus manos se estalló y originó un fuego que le provocó quemaduras de segundo y tercer grado en cara, brazos y pecho. El primero en entrar a la vivienda fue el bombero José Francisco Naranjo, que en ese momento paseaba con su familia por el lugar. Escuchó una explosión y no dudó en subir. Tras advertir a las personas que vivían en los pisos inferiores de que salieran de sus vivienda, entró en el 3ºD del inmueble donde el humo ya se había adueñado de gran parte de las estancias.

El bombero de paisano lo vio tendido en el suelo, ya inconsciente, y lo arrastró hasta introducirlo en uno de los portales de la misma planta. Allí le retiró las cenizas que tenía en la boca y que le impedían respirar. En cuestión de segundos consiguió que recobrara la consciencia. Tranquilizó a todos los que se encontraban a su alrededor y avisó a sus compañeros de la capital grancanaria para que en cuanto llegaran subieran una botella de oxígeno para la víctima.

"Hay que recordar que no es la primera vez que lo hace, puesto que ya trabajando tuvo que lanzarse al agua hace unas semanas con una precariedad de personal que hizo que solo él y otro compañero rescataran a un señor de 70 años en la costa de Agaete", indicaron el resto de miembros del Consorcio en la petición enviada al Cabildo.

Naranjo aprovechó para hacer referencia a esa precariedad que, según los bomberos, sufren y solicitó, "por favor", al presidente del Cabildo, que solucione los problemas con los que presentan cada día, como la falta de personal y material adecuado. "Esta sería la recompensa más grande", aseveró.