Jayne Raylton falleció un martes, 23 de agosto de 2016, después de pasar un mes ingresada en un hospital tras recibir una brutal paliza por parte de Ángel R. P., su pareja sentimental de entonces. Era el final de una vida dura, en la que primero sufrió la violencia verbal por parte su marido y después la física que le infligió su novio.

El policía local y fotógrafo de Santa Brígida Javier Plaza conocía su historia y la entrevistó para la exposición '50 historias en 55 mm' con la que homenajeó a medio centenar de vecinos carismáticos del municipio satauteño con sus respectivas entrevistas y fotografías.

Entre ellos estaba Raylton, una inglesa que hacía cuatro décadas se había instalado en la Isla. En la grabación se recogen algunos fragmentos en los que reconocía que había sido víctima de violencia de género, que se había refugiado en el alcohol para así poder superar la soledad y recomendaba a quienes sufrían de la violencia por parte de sus parejas que dejaran la relación.

"Que se separe, que se separe", respondía a la pregunta sobre los consejos que daría a las mujeres que padecen la lacra de la violencia machista. Ángel R. P., su asesino, acaba de ser condenado por un tribunal popular y en los próximos días se dará a conocer su sentencia, que oscilará entre los 20 y los 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento.

"Yo me llamo Jayne Raylton González, vivo desde hace 40 años en Santa Brígida. Nací el 2 de agosto de 1958". Ese es el comienzo de la autobiografía que hacía la propia Jayne de su vida. Nació en una metrópoli como Londres, donde residió hasta que, ya joven, decidió partir a España, un país que le gustaba y donde conoció a un guardia civil con el que formó una familia.

Destinado en Gran Canaria, decidieron radicarse en el municipio satauteño después de pasar un tiempo en Las Palmas de Gran Canaria. "En Las Palmas, aunque era más tranquila que ahora, era bastante movida, mucho coche, mucha polución", comentaba.

Junto a su marido vivió tanto momentos dulces, como los nacimientos de sus cuatro hijos, como episodios muy duro. "Bastante mal", contestaba a una preguntaba sobre el maltrato durante su matrimonio. "Pero", continuaba, "sobre todo es psicológico, que es muy desagradable cuando te dicen cosas cuando tu crees que lo estás haciendo lo mejor que puedes".

"Es muy difícil el cambio de tener una vida de soltero a una de casado con chiquillos", decía, como culpándose de que tras contraer matrimonio perdiera sus amistades y apenas saliera de casa por miedo a una persona, su marido, con el que convivió durante casi 25 años y a la que calificaba de "dictador". "Mi marido no me pegaba, teníamos discusiones violentas pero muy pocas ocasiones llegamos a las manos gracias a Dios".

Jayne tuvo fuerzas para romper la relación. Y animaba a quien padeciera cualquier tipo de violencia por parte de su pareja que tomara el mismo camino. "Sé que es muy fácil decirlo y es una cosa muy grande, pero yo creo que si una mujer no está feliz y sobre todo si su marido es violento o bebe, que se separe".

Consiguió dejar de lado una relación conflictiva, aunque después vivió momentos de soledad. Aseguraba en la entrevista, bajo el trinar de los pájaros que en esos momentos deambulaban por La Calzada, que se vio sola. Sus padres habían muerto hacía 23 años. En cuestión de dos meses se fueron los dos. Desde entonces no había vuelto a pisar su país. "Me quedé aquí sin nadie".

Entonces cayó en el alcohol. "Te sientes sola y necesitas algo que tu sientas que te va a sentir mejor, pero si estás mal y bebes para quitar tus males estás peor", decía, para añadir: "Gracias a Dios ya lo he quitado de mi vida".

La vida por entonces -la entrevista se realizó el 16 de mayo de 2015- parecía sonreírle, como se dejaba entrever en sus palabras a la pregunta de cómo se encontraba en ese momento. "Bien bien", contestaba primero. "Me gusta el sitio donde vivo, tengo una vista preciosa, tengo pareja y esperamos envejecer juntos porque yo tenía mucho miedo de quedarme sola", seguía. Y hablaba de sus cuatro perros, que le proporcionaban dos de las cosas que demandaba de sus allegados: "Amor, cariño". Con los animales, "nunca estoy sola". "Y esta es mi vida, no tengo donde ir, en Inglaterra me siento como una extranjera".

Esas palabras escondían lo que parecía que había detrás, una relación tormenta. Sólo un año después, el 21 de julio de 2016, Jayne Raylton ingresaba en el Hospital Doctor Negrín. "Estaba absolutamente destrozada", declaraba una de las doctoras que le atendió en una de las sesiones del juicio contra Ángel R. P. celebrado la semana pasada.

"Tenía prácticamente todas las costillas rotas", presentaba "hasta cuatro fracturas en una misma" y además apreciaron lesiones en el esternón, y diversos órganos, como los pulmones, el páncreas o el bazo, como informó la Agencia Efe. "Tuvo que recibir múltiples golpes de alta energía", aseveró. "Presentaba uno de los politraumatismos más severos que he visto en mi vida", sentenció.

Su vida estuvo en peligro en dos ocasiones durante el mes que estuvo ingresada hasta que el 23 de agosto se confirmó su fallecimiento debido a la paliza que le propinó su compañero sentimental.

El jurado popular lo tuvo claro después de celebrarse el juicio: culpable de asesinato con ensañamiento y alevosía. Ahora el tribunal será el que dicte cuántos años pasará Ángel R. P. entre rejas.

Desprendía alegría y buen estado de ánimo

  • "La entrevista la hicimos una mañana, alrededor de las 12 del mediodía podríamos decir que debajo del puente de La Calzada en una zona que se denomina el Velero", recuerda Javier Plaza, el agente de la Policía Local de Santa Brígida y aficionado a la fotografía que se encargó de entrevistar a Jayne Ralton y retratarla con su Canon D6 para su exposición 50 historias en 55 mm. El encuentro tuvo lugar el 16 de mayo de 2015. "Era tanta la alegría que transmitía y su buen estado de ánimo que los pájaros parecía que trinaban para acompañar su relato", comenta ahora Plaza, quien añade que le transmitió "ese buen estado de ánimo y sobre todo la ilusión que tenía porque estaba dando clases de inglés". "Creo que comenzaba otra etapa de su vida que había dejado atrás el alcohol y por primera vez se sentía realizada y sabía lo que quería", añade el agente y fotógrafo. Aquella mañana estaba acompañada de sus perros y todo discurrió bajo el trinar de los pájaros . Poco más de un año después de la entrevista, que se puede escuchar en el perfil de Javier Plaza de la web www.ivoox.com , Jayne Raylton sufría una tremenda paliza de su pareja que le segaría la vida. A