La madrugada del pasado sábado se vivió una situación en el sur de Tenerife sorprendente y con un final feliz, gracias a la fortuna y al buen trabajo de los agentes. En un control establecido por la Guardia Civil de Tráfico, una de las personas que acababa de ser atendida, deambulaba por las inmediaciones cuando se precipitó por un barranco cercano desde unos 20 metros de altura.

Uno de los guardias civiles que estaba allí presente no dudó en ningún momento en bajar al rescate a esta persona al temerse lo peor, ya que el lugar en el que se originó el accidente presentaba un desnivel muy pronunciado y con una orografía de piedras y tierra suelta. El agente también fue ayudado por la pareja de la mujer que se había caído con gran riesgo para su integridad física debido a lo peligroso del terreno.

Bomberos

Para las labores de salvamento de la precipitada fue preciso alertar de inmediato a los Bomberos del Consorcio para ayudar en el rescate ya que era imposible sacar de allí a la accidentada pues presentaba fuertes dolores y el terreno hacía imposible la escalada libre. Los miembros del Servicio de Extinción de Incendios arrojaron una soga al agente que ató a la víctima y pudieron ir trepando poco a poco por el risco.

Finalmente la víctima fue atendida por los servicios sanitarios activados por parte del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112 que se habían acudido al lugar.

En un principio, las heridas que presentaba la mujer no eran de gravedad y se negó a ser trasladada por una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) a un centro sanitario. Todo quedó en contusiones y rasguños.