Un hombre falleció durante la mañana de ayer martes, día 26 de junio, después de caer de una azotea en el barrio del Risco de San Nicolás, en Las Palmas de Gran Canaria. El suceso tuvo lugar en la calle Real del Castillo, cerca de la Parroquia del citado barrio capitalino.

La víctima, de 59 años, estaba trabajando en la azotea de una vivienda del lugar, exactamente con una tubería, según informaron varios vecinos de la zona.

Después de ser alertado sobre las diez de la mañana de ayer el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112, acudieron a la citada calle Real del Castillo varias patrullas de la Policía Nacional y al menos una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC).

A pesar de los esfuerzos por parte del personal del SUC, no pudieron evitar el fallecimiento en el lugar del hombre que se precipitó desde la azotea. Había sufrido heridas de gravedad, especialmente en la cabeza por el impacto contra el suelo.

Tras confirmarse el óbito, varios policías nacionales se encargaron de custodiar el cuerpo sin vida hasta la llegada de la autoridad judicial y de la orden de levantamiento del cadáver, como hicieron después los miembros del vehículo de traslados.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía abrieron una investigación para esclarecer las causas del suceso. En un principio, se barajaba la posibilidad de que la precipitación fuese voluntaria por parte de la víctima, como indicaron fuentes del Cecoes-112. De todos modos, los policías no descartan ninguna opción sobre lo que ocasionó su muerte hasta reunir todas las pruebas suficientes.

Sin embargo, varios vecinos aseguraron que los hechos ocurrieron supuestamente de forma accidental cuando estaba trabajando en la casa de una vecina, próxima a la ermita.

El fallecido era muy conocido en el Risco de San Nicolás por ser un manitas en reparaciones en viviendas, por su carácter colaborador con los demás, así como también por su implicación en el barrio y con los vecinos.

Sea como fuere el motivo por el que sucedió el trágico fallecimiento, la normalidad habitual en la calle Real del Castillo se vio alterada de forma rotunda durante la mañana de ayer.

Varios vecinos y curiosos se acercaron de inmediato al lugar donde sucedió el accidente para conocer qué había pasado, como también para animar a los que se encontraban allí y vivieron en primera persona lo acontecido, entre ellos estaba un residente que se hallaba delante del inmueble, junto a la ermita, cuando el vecino cayó de la azotea y la propietaria de la casa donde estaba realizando el arreglo en una de las tuberías