El Real Casino de Tenerife y la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife han protagonizado un cruce de denuncias como consecuencia de la expulsión este miércoles por la tarde-noche de un hombre que acudió a un concierto abierto y gratuito en bermudas.

Los hechos ocurrieron durante el concierto que ofreció este miércoles por la tarde-noche el coro juvenil del Auditorio en el Real Casino de Tenerife, entidad ubicada a un lado de la plaza de la Candelaria, en la capital tinerfeña.

Uno de los asistentes al concierto intentó acceder al Casino en pantalón corto, siendo conminado a abandonar el recinto al contravenir las normas de vestimenta de una entidad que es privada.

El hombre, un policía nacional fuera de servicio, protestó por la orden de expulsión de los encargados del Casino y pidió la hoja de reclamaciones y la norma que le impedía acceder en bermudas a un acto abierto a los no socios.

Asimismo, solicitó la presencia de la Policía, acudiendo una patrulla de la Policía Nacional y otra de la Policía Local.

En medio de la discusión hizo acto de presencia el presidente del Real Casino de Tenerife, Miguel Cabrera Pérez-Camacho -que accedió al cargo en enero de este año-, quien ordenó a los agentes abandonar la instalación al carecer de orden judicial y defendió la expulsión del agente fuera de servicio al ir con una vestimenta inadecuada, prohibida según sus argumentos por las normas de la sociedad.

Como consecuencia de este rifirrafe, los dos agentes de la Policía Local actuantes -que abandonaron el Casino junto con la pareja de agentes nacionales- elevaron dos actas contra Miguel Cabrera Pérez-Camacho, tal y como han confirmado fuentes oficiales de la Policía Local.

Una de las actas de denuncia contra el presidente del Casino es por falta de respeto y consideración a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad en el ejercicio de sus funciones y la otra es por la negativa de Pérez-Camacho a identificarse.

En la mañana de este jueves, tal y como ha confirmado a este diario el propio Miguel Cabrera Pérez-Camacho, el Casino ha presentado tres denuncias, una contra la Policía Local y otra contra la Nacional por acceder a una entidad privada sin orden judicial, así como una tercera contra el agente fuera de servicio que iba en bermudas por violar en dos ocasiones las normas del centro y por amenazas a la gerente de la sociedad, a la que, según Pérez-Camacho, "llegó a amenazar, tras sacar su placa, con detenerla".

En el informe, la pareja de agentes locales detalla que el presidente del Casino se comportó de forma irascible e irrespetuosa, haciendo constantes ademanes y mandándolos "a la calle" con absoluto desprecio.

Además, relatan que Pérez-Camacho se negó en todo momento a identificarse y a mostrar el código o norma que impide a una persona acceder al Casino en pantalón corto cuando se trataba de un acto "abierto" y "gratuito", como figura en la propia agenda de actos culturales de la institución.

Los agentes aclaran que abandonaron el Casino cuando los echaron pero que fueron tratados de forma inadecuada e irrespetuosa por Pérez-Camacho cuando simplemente habían acudido a atender la denuncia de un vecino al que negaban la entrada a un acto abierto a los no socios.

"Como el ejército de Pancho Villa"

Pérez-Camacho, por su parte, acusa a los agentes de actuar de forma "vandálica" y "deleznable". "Entraron sin una orden judicial a una entidad privada como si fueran el ejército de Pancho Villa. Fue lamentable. En mis muchos años de socio del Casino jamás había visto algo parecido". "Les dije claramente que sin orden judicial se pusieran en la puerta de la calle. Y así hicieron, eso es cierto", matizó el presidente del Casino.

Pérez-Camacho también criticó la actitud del agente de paisano que denunció que no lo dejaban entrar en pantalón corto aún no siendo socio. "Nuestras normas de vestimenta son claras: no se puede entrar al Casino en pantalón corto, tanto si se es socio como si no, como ocurre con esta persona".

Pero es que, además, según Pérez-Camacho, "este señor se encaró con la gerente y le llegó a enseñar la placa, amenazándola con llevársela detenida. Y después de ser expulsado volvió otra a entrar con actitud amenazante".

"La actitud de este señor y de los cuatro agentes es inadmisible. Somos una entidad privada y no se puede acceder a nuestras instalaciones, de la misma manera que tampoco se puede hacer en una vivienda, sin un permiso judicial. Pero estos agentes accedieron de forma irrespetuosa. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para denunciar esta situación", concluyó el responsable del Real Casino de Tenerife.