En plena fiestas de La Rama del barrio agaetense de San Pedro, cuando la carretera que conecta el casco urbano municipal con El Valle soporta el mayor trasiego de tráfico de todo el año, la naturaleza habló. Un derrumbe de piedras a la altura del kilómetro 2 de la GC-231 dañó en la tarde de ayer un taxi en el que viajaban el conductor y una pasajera, que sufrieron heridas de carácter leve. La vía quedó cortada durante aproximadamente 15 minutos gracias a la celeridad con la que trabajaron los diversos efectivos para retirar las rocas de la calzada.

Todo sucedió sobre las dos y media de la tarde. El turismo afectado, un Toyota Auris de reciente adquisición, circulaba por la citada carretera en sentido ascendente. El trayecto iba a finalizar en el barrio donde se celebraba la fiesta, pero de repente el conductor vio cómo un conjunto de piedras se le echaba encima del coche. El chófer no pudo evadir el desprendimiento, que ocasionó daños en uno de los laterales. Las rocas movieron el vehículo hacia la valla de seguridad, que a su vez provocó desperfecto en el lado del copiloto.

Al lugar se desplazaron varias unidades de la Guardia Civil así como los bomberos del Consorcio del parque de Gáldar. Estos últimos apenas tuvieron que actuar ya que no había atrapados después de que los dos ocupantes salieran por su propio pie del habitáculo. Asimismo, el personal de Carreteras del Cabildo de Gran Canaria fue movilizado para proceder a retirar las rocas con una retroexcavadora, así como para la limpieza de la calzada. Por su parte, los agentes del Instituto Armado procedieron a controlar el tráfico ante la afluencia de vehículos por los festejos.

"Estoy temblando todavía", aseguró ayer José Luis Martín Luján, dueño del Toyota Auris y propietario de la licencia número 5 de taxi de Agaete que si bien no lo conducía en ese momento recibió un gran susto al conocer la noticia. "Y gracias a que sólo pasó eso". El profesional del taxi añadió que el chófer que llevaba en ese momentos el coche, que trabaja con su licencia cuando a él le toca descansar, llevaba a una señora a la fiesta. "Era prácticamente una recta, pero las piedras no avisan y no le dio tiempo a nada", señaló.

Martín se mostró muy afectado por lo ocurrido, no sólo por el estado del conductor y de la clienta, quienes sufrieron lesiones de carácter leve; sino también porque el vehículo quedó visiblemente dañado y eso le impidió trabajar durante la tarde de ayer, cuando el volumen de servicios es mayor que un día normal en el municipio del noroeste de Gran Canaria debido a la festividad de San Pedro. Además, probablemente tampoco podrá prestar servicio a lo largo de los próximos días.

El pago de los daños

Otro de los inconvenientes que se le plantea es quién se hará cargo de pagar los desperfectos ocasionados al vehículo, adquirido hace apenas un año. Aunque en un principio tendrá que ser el Cabildo de Gran Canaria el que se haga responsable, como indicó el propio Martín Luján, esto no se producirá hasta pasado unos meses por lo que además tendrá que costear el arreglo de la chapa y pintura, así como de los cristales rotos por el golpe. Por ello, solicitó a la institución insular que agilice la compensación por lo sucedido.