La rotura de un depósito con mil litros de una sustancia tóxica, corrosiva e inflamable en el interior de una nave del polígono industrial de Las Torres provocó en la mañana de ayer que tres trabajadores de una empresa de mensajería sufrieran sendas intoxicaciones de carácter leve y que una de las calles tuviera que ser cortada a cal y canto durante todo el día mientras los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria actuaban para proceder a limpiar el material, que iba a ser destinado a alimentar a los peces de piscifactorias de la Isla.

El incidente se produjo en torno a las once y media de la mañana durante la maniobra de descarga del depósito cargado con la sustancia química formaldehído, que es utilizada para múltiples productos aunque en este caso la empresa General Courier la transportaba para el cultivo de peces en piscifactorias. En un momento dado, la pinza del elevador de palets golpeó el tanque en el que se transportaba la sustancia y lo perforó. Esto provocó que el líquido quedara esparcido por el inmueble. Los propios empleados trataron de controlar el derrame, pero de inmediato tuvieron que dar aviso a las fuerzas de seguridad debido a que irrita de inmediato a las mucosas nasales y los ojos. Tres de ellos tuvieron que ser atendidos por los técnicos de una ambulancia sanitarizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC) al presentar sendas intoxicaciones, aunque todos ellas de carácter leve.

Una docena de bomberos, dos cabos, un sargento y el suboficial José Antonio Nóbrega, encargado este último del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Las Palmas de Gran Canaria, acudieron procedentes de la base central de Miller Bajo al lugar y comprobaron que se enfrentaban a una sustancia tóxica, inflamable y además volátil, por lo que se decidió instalar un puesto avanzado de mando para seguir la evolución del servicio, que se presentaba largo.

Además, varias patrullas tanto de la Policía Local como de la Policía Nacional se personaron para proceder a cerrar el paso de vehículos y peatones por la calle Arguineguín, en la que se sitúa el inmueble, ante la peligrosidad de la sustancia derramada.

Nóbrega señaló que en un primer momento comprobaron que el material se había dispersado y había caído a la planta inferior. "Al ser más pesado que el aire tiende a ir las capas más freáticas del suelo. Se ramificó por donde pudo y se filtró al sótano", explicó. En esta planta había abundante objetos acumulados con una alta carga calorífica, que en caso de que se produjera algún tipo de incendio agravaría la situación por lo que los bomberos tuvieron que actuar aún con más cuidado.

Así, con un equipo especializado para este tipo de sustancias, los bomberos comenzaron a retirar el líquido tóxico mediante palas de plástico para evitar cualquier tipo de rozamiento que provocara una inflamación, como señaló el suboficial. Asimismo, se utilizó absorbente y sepiolita en el servicio. Durante la tarde los agentes consiguieron limpiar casi por completo todo el formaldehído, aunque en el lugar permaneció un retén de un cabo y cuatro bomberos mientras se ventilaban las instalaciones.

La calle Arguineguín también permaneció acotada durante toda la noche y la madrugada para que ninguna persona sin autorización se pudiera acercar a la nave y a primera hora de hoy se van a realizar mediciones para determinar si se abre la vía al paso de vehículos y peatones y también si la empresa puede continuar con su actividad, según informó Nóbrega.