Alrededor de 300 personas, que se dirigían desde Lanzarote a Mánchester, quedaron atrapados en un avión lleno de Thomas Cook que cubría la ruta entre la isla canaria y la ciudad inglesa, según ha informado el medio británico The Sun.

Los pasajeros del vuelo permanecieron dentro de la aeronave durante tres horas "sin aire acondicionado o agua", según afirmó una familia. Las malas condiciones causaron la desesperación de los turistas ante los nervios al faltar el aire limpio y una temperatura que alcanzó los 37 grados al que se sumó el mal olor por los vómitos de los bebés que se encontraban en el vuelo.

Los pasajeros indicaron que en el interior había olor a queroseno "procedente de la cabina". Inicialmente, les comunicaron que el vuelo partía con retraso, pero fueron embarcadando al creer que no tendría retraso alguno una vez iniciara el trayecto. Pero la espera fue también dentro del avión.

El avión estuvo parado tres horas con bebés llorando y personas mayores, que demandaban un poco de aire fresco. Además, un pasajero diabético tenía su medicación en la bodega y tuvo dificultades para acceder a ella, recoge The Daily Mail.

El jefe de de Operaciones de Thomas Cook Airlines, Paul Hutchings, ha afirmado que "el vuelo se retrasó por un problema técnico y, aunque se hicieron todos los esfuerzos para que los clientes se pusieran en marcha lo antes posible, tengo claro que nuestros clientes soportaron inaceptables temperaturas y por eso lo siento mucho".

La aerolínea ha lanzado una investigación sobre el último incidente que ha descrito como "inaceptable" y ha prometido pagar a cada pasajero una indemnización de 500 euros.