Era una tarde de martes. Lionel Carrillo, de la Vega de San José y de 34 años, estaba en la calle Córdoba, donde disfrutaba de un permiso penitenciario. Antes había tenido un enfrentamiento con Francisco Iván Trujillo, llamado coloquialmente como el Chupa, de 37 años, residente en el mismo barrio y que ya había pasado temporadas en la cárcel por diferentes motivos. La pelea acabó con uno de los crímenes más sonado de los últimos años en la capital grancanaria. El Chupa se personó a la altura del número 11 de la citada calle en un vehículo conducido por otra persona, se bajó y con una pistola le descerrajó dos tiros a Lionel Carrillo, que quedó tendido en el suelo sobre un charco de sangre. El asesino volvió al coche y huyó del lugar hasta que cinco días después se entregó en la Jefatura Superior de Policía de Canarias. Ahora, justo un año después, se conoce su relación con una de las bandas más activas del narcotráfico de hachís en el Archipiélago.

Sobre las seis de la tarde del 29 de agosto de 2017 ocurrió el asesinato. A esa hora, una guagua municipal que cubría la línea 12 circulaba por la citada vía. Todo parecía normal hasta que el Chupa se bajó de un turismo, cogió el arma y realizó un disparo contra su enemigo. Este último cayó al suelo. Ya, sin poder defenderse, el Chupa lo ejecutó con otro tiro "a quemarropa" en la nuca. Realizó un tercer disparo. La bala impactó contra el cristal del transporte público que en ese momento pasaba por el lugar. El autor, después, se subió de nuevo al coche y escapó del lugar.

Pasaron escasos minutos hasta que la escena del crimen se llenó de agentes llegados de la cercana comisaría de Policía Nacional del Cono Sur, familiares de la víctima y vecinos que querían conocer qué había pasado entre los bloques de este populoso barrio. La zona quedó acordonada bajo los llantos y gritos de los allegados del fallecido, que yacía en el suelo tapado por una sábana; así como por los comentarios de los residentes que conocían muy bien a los dos involucrados en los hechos.

Los investigadores se centraron en inspeccionar un contenedor y los restos de una bala que había sobre el asfalto. Durante varias horas recogieron pruebas para tratar de esclarecer lo ocurrido. A los pocos minutos se conoció que la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria había encontrado una pistola en un depósito de basura que se pensaba que era la utilizada en el crimen, aunque después se descartó tal hecho debido a que era de fogueo. Pese a este contratiempo, la policía sabía desde el principio quién había sido el autor de los dos disparos que habían acabado con la vida de Lionel Carrillo. Así, comenzó la búsqueda de Francisco Iván Trujillo. Sus fotos empezaron a aparecer en todos los medios de comunicación y era compartida por las redes sociales.

La pista de el Chupa se perdía. Los agentes desconocían dónde se encontraba, aunque después tuvieron conocimiento de que pudo pasar por su vivienda familiar. Asimismo, mantenían informados a los funcionarios que se encontraban en las entradas y salidas de puertos y el aeropuerto para evitar así que escapara de la Isla. No fue hasta cinco días después cuando la propia familia informó de que el hasta entonces presunto autor del crimen se iba a entregar tras pactarlo con la policía. Esto ocurrió sobre las cinco de la tarde del día 3 de septiembre en la Jefatura Superior de Policía de Canarias. El Chupa entró sin que los medios de comunicación, que lo esperaban a las puertas desde hacía horas, lo pudieran captar.

Ya en sede judicial, sólo respondió a las preguntas de su abogado. Reconoció haber sido el autor del crimen, pero añadió que lo hizo después de que Lionel Carrillo sacara primero una pistola y fuera hasta tres veces a su casa a intimidar a su madre. El juez decretó su ingreso en prisión por un presunto delito de homicidio o asesinato y tenencia ilícita de armas. La investigación se enfocó entonces en encontrar la pistola, que según el detenido la había tirado al agua en San Cristóbal por lo que aún no ha sido hallada, e identificar a la persona o personas que habían acompañado a Francisco Iván Trujillo para que cometiera el crimen, toda vez que éste callaba para así intentar mantenerlos al margen. Finalmente, la policía detuvo a A. T., un amigo suyo, por encubrimiento al ayudarle a escapar.

El Chupa volvió a aparecer en los medios el pasado fin de semana. La Policía Nacional informó de la desarticulación de una de las principales bandas de narcotráfico de las Islas, que introducía cada años 10 toneladas de hachís. Y entre los 21 apresados aparecía Francisco Iván Trujillo.