Familiares y amigos despidieron ayer a Juan Román Padrón Martín, conocido como Román, que fallecía al ser atropellado el pasado martes en uno de los túneles de la carretera de La Aldea, donde trabajaba como operario del Servicio de Carreteras del Cabildo de Gran Canaria.

Durante el cortejo fúnebre, hasta el cementerio del casco urbano, en medio de un profundo dolor y a la vez de resignación, no faltaron las reiteradas lamentaciones en torno a la situación familiar del aldeano fallecido. Román, era hijo único y su actual pareja, Casandra Luque, también aldeana, está en estado de gestación, previéndose que dará a luz a una niña el próximo mes de octubre.

Velado en el tanatorio de Artejévez, Román Padrón fue llevado a hombros sobre las 12.00 horas por compañeros del Servicio de Carreteras al templo parroquial del pueblo de La Aldea, que estaba abarrotado de fieles, a pesar de ser jornada laboral y el fuerte calor.

El párroco, José Miguel Rodríguez, en la homilía, expresó la condolencia y solidaridad de la parroquia con la familia y dirigiéndose a la madre de la víctima mortal del accidente, Bibina Martín, le convino, a pesar del tremendo dolor por la pérdida de su único hijo, a sentirse orgullosa de Román, aludiendo a que cuando se conoció la fatal noticia en el pueblo, el comentario generalizado coincidía en tildarle de "un joven bueno, cercano, ejemplar y servicial".

La salida de la iglesia del féretro fue secundada con fuertes aplausos de los presentes, la mayoría llorosos o con un tremendo nudo en la garganta. Las exclamaciones de su dolorida madre cuando el féretro era introducido en el coche fúnebre, como "tan bueno que era mi niño Román", retumbaba ante el silencio sepulcral de los presentes.

Entre la veintena de compañeros de Conservación de Carreteras, asistentes al sepelio, se encontraba Gustavo Ramírez que acompañaba a Román en el momento del accidente. Tremendamente afectado nos relataba "yo estaba de espaldas cuando de pronto oí un tremendo golpe y al darme la vuelta lo vi por los aires, cayendo al asfalto fuertemente herido". "Jamás podré olvidarlo. Román era lo mejor de lo mejor", añadió.

El alcalde, Tomás Pérez, señaló que la masiva presencia de gente en el velatorio y en el sepelio demuestran el cariño, afecto y consideración sus paisanos le dispensaban a Román. "Se pierde un vecino ejemplar y un gran compañero de partido" decía, ya que el fallecido había formado parte de las listas del PSOE local en las dos últimas elecciones municipales.

El consejero el Obras Públicas del Cabildo, Ángel Víctor Torres, se trasladó ayer a La Aldea para dar el pésame a la madre y familiares. Estuvieron presentes en el sepelio, entre otros, el presidente de la empresa Pérez Marrero, concesionaria de la conservación de las carreteras del Cabildo en el oeste de Gran Canaria, Javier Pérez; y el director general insular de Obras Públicas, José Francisco Duque.

Obra sin señalizar

El autor del atropello ocurrido el pasado martes, entre los kilómetros 43 y 44, cerca de la salida de un túnel de la GC-2, no negó su culpa y dolor por esta muerte y aseguró que "fue por un despiste", además de que negase de haber consumido alcohol y de drogas.

Fuentes próximas al caso indicaron a este periódico que el conductor, de 76 años y vecino de La Aldea, "no vio la señal roja de la pantalla" que indicaba que no circulase por ese carril. "No había conos u otras señales en la vía cuando circulaba este conductor y antes del atropello. Tampoco hubo mensajes a través del altavoz antes del accidente. El operario no llevaba el casco. Las cámaras podrán aportar mucho a la Guardia Civil", agregaron estas mismas fuentes.