"Sencillo, amable, discreto", fueron algunos de los calificativos que hicieron varios vecinos de El Fondillo, en la capital grancanaria, respecto al ciudadano italiano Davide Fervorini, de 39 años, que había desaparecido el 11 de septiembre y fue hallado muerto a golpes. Era un italiano precavido, sin suerte. Reside en este barrio capitalino desde hace más de dos años. La Policía Nacional registró en su vivienda en la calle Camilo José Cela y la precintó.

A Fervorini le veían poco los residentes porque iba y venía a su domicilio. "Casi nunca estaba en su vivienda. Daba la impresión de que quería pasar desapercibido. Si coincidías con él por la acera, pues se limitaba a un hola y un adiós", puntualizó otro vecino.

Tenía costumbres que a algunos les extrañaba e interpretaban que este ciudadano italiano se sentía acechado. Se desplazaba por la Isla primero con su turismo, un Renault Megane, y después empleaba coches de alquiler. Aparcaba en Tafira Baja y bajaba a El Fondillo en guagua, siendo la distancia de algo menos de un kilómetro. Tenía una moto. Poco tiempo atrás le robaron en su inmueble, llevándose los ladrones un televisor y un ordenador.

Davide Fervorini tenía un club de cannabis en la calle Juan Rejón, en las cercanías del Castillo de La Luz, en la zona Puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Tenía intención de traspasarlo, para lo pedía 9.000 euros. Hoy el club ya está regentado por otra persona. En la actualidad, unos diez días después de desconocer su paradero, el club sigue con actividad. La puerta está siempre cerrada, pero los socios o clientes entran y salen. Un hombre que salió el club y habló con LA PROVINCIA aseguró que hizo el traspaso correspondiente y que no tiene relación directa con Davide Fervorini.

El cadáver del italiano fue descubierto el sábado día 15 por un hombre que paseaba por los al- rededores de El Fondillo y en la parte alta de Barranco Seco. Fue hallado en una ladera, junto a una palmera canaria, a unos 200 metros línea recta de la vivienda del hombre desaparecido. La distancia es de algo más de 300 metros, bajando con un vehículo por la carretera.

El cuerpo sin vida está tan descompuesto y destrozado, como la cabeza, que se complica su identificación. Los investigadores solicitaron el ADN a Italia para facilitar el reconocimiento. La Policía Nacional investiga que su muerte está relacionada con un ajuste de cuentas en relación a drogas.

El Juzgado de Instrucción número seis de la capital grancanaria mantiene el secreto del sumario.