La joven Miriam Jiménez estaba embelezada cuando de pronto escuchó un "pum" que la desperezó de la siesta. Realmente, el ferri Alborán de Naviera Armas acababa de colisionar contra una pontona. En su caso, volvía a Tenerife después de realizar en la capital grancanaria las pruebas físicas para entrar en el cuerpo de la Policía Nacional. Esta joven señala que estaba "intentando dormir" por el cansancio que le supuso madrugar para las oposiciones cuando sintió un "fuerte choque". Tras la colisión, asegura que "lo primero" que hizo el pasaje fue mirar qué había ocurrido. "Miramos por las ventanas y vimos los restos de un barco pequeño y un container semi hundido", relata.

Lo cierto es que, en principio, la gente mantuvo la "calma", aunque pronto se empezó a escuchar revuelo. "Empezaron a decir que veían a gente en el mar", resalta, aunque afirma que en ningún momento escuchó gritos o síntomas de pánico entre los pasajeros. El ferri tuvo que atender a algunas personas por "nerviosismo", según relata Jiménez. Pero, en general, observó que la gente se tomó la situación con mucha "curiosidad", pues muchos aprovecharon para sacar vídeos de lo que estaba pasando.

Jiménez no fue la única aspirante a Policía Nacional que iba en el barco de Naviera Armas. Aarón González Camejo y Tomás González Tamajón no se conocían hasta esta tarde, ambos son opositores al cuerpo nacional de policía y ambos sintieron el estruendo de la colisión del ferri contra una pontona. "Vi trozos de madera en el agua, no vi personas pero sí hay gente que gritaba que veía personas nadando", apunta Aarón. "Había cachos de barco, pero con el salitre de las olas no sabías bien que es lo que se veía", señala Tomás.

Estos dos jóvenes descubrieron que había ocurrido exactamente cuando se bajaron del barco y leyeron la noticia en la prensa. "En el barco no nos explicaron exactamente que ocurría, que estaba todo bien, en orden, pero que no había pasado nada", señala Aarón mientras esperaba en la cola de las oficinas de Armas en busca de una solución.