Una imagen dantesca. Los servicios de emergencias que en la tarde de ayer actuaron en una vivienda de la calle Venezuela de Vecindario se toparon con los cadáveres de un matrimonio alemán, a escasos metros el uno del otro, en avanzado estado de putrefacción. Las primeras hipótesis apuntan a que el hombre, identificado con el nombre de Rudolf y de 68 años, había fallecido primero a los pies de la escalera por causas naturales. En la cama yacía muerta Melchiar, de 65, quien supuestamente murió debido a la dependencia total de su marido al sufrir una enfermedad que le impedía moverse. Los vecinos habían dado la primera voz de alarma el pasado miércoles, pero no fue hasta ayer cuando se dio aviso a los bomberos del Consorcio ante el evidente hedor que se desprendía del interior del inmueble.

El Mercedes Clase E mal aparcado sobre la acera de la calle Venezuela hacía prever que algo le había ocurrido a Rudolf, su propietario. Sus vecinos no sabían nada de él desde el sábado, 24 de noviembre. Tampoco era una persona que se comunicara frecuentemente con el resto del vecindario. De nacionalidad alemana, sus pocos conocimientos de español le impedían hablar con frecuencia con quienes residían a pocos metros. Sin embargo, cuando necesitaba ayuda no dudaba en acudir a alguno de ellos. "Se desvivía por su mujer", comentaba una de las vecinas, quien agregaba que en numerosas ocasiones le echaban una mano para mover a su esposa, que estaba postrada en una cama, para poder llevarla al hospital o cuando venía de la atención médica.

Desde el sábado no sabían nada de Rudolf y el miércoles decidieron llamar a la Policía Local de Santa Lucía porque entendían que no era normal tanta ausencia. En el porche del dúplex situado en el número 72 de la citada calle del barrio de Los Llanos, una botella de ron blanco y otra de refresco de cola sobre una mesa también dejaban entrever la dependencia que tenía este ciudadano del alcohol. Era vox populi en el complejo residencial que solía beber con frecuencia y en alguna ocasión sufrió una caída en la terraza que hizo que los vecinos tuvieran que ayudarlo a levantarse.

Eran muchos indicios -coche mal estacionado desde hacía una semana, un hombre que solía beber demasiado y una mujer dependiente de su marido- que hacían prever que algo podía haber ocurrido en el interior del domicilio. Sin embargo, los agentes no pudieron entrar ese miércoles. Tampoco lo pudieron hacer antes de ayer, cuando regresaron para ver si había alguna novedad sobre el matrimonio. Fue en la tarde de ayer, poco después del mediodía, cuando actuaron después de que los vecinos dieran la voz de alarma debido al fuerte olor que se desprendía de la vivienda.

La Guardia Civil acudió en un primer momento, pero tampoco vio opción para acceder. Las dos puertas estaban cerradas con llave. Así, llamó a los bomberos del Consorcio del parque de Arinaga, en el que sólo había dos miembros debido al conflicto que mantienen con las administraciones. Estos dos agentes fueron quienes decidieron entrar por una ventana a través de una vivienda contigua. Cuando bajaron a la planta baja se encontraron los dos cadáveres en avanzado estado de descomposición. Primero se toparon con el de Rudolf, tirado boca abajo al pie de la escalera aunque sin signos de violencia ni tampoco de que se hubiera caído. A escasos metros, Melchiar estaba acostada, boca arriba, en una cama que habían instalado en el salón a modo de habitación ante las dificultades que suponía subirla a la planta de arriba, donde se sitúan los dormitorios, dado su estado de salud.

Dependencias removidas

El resto de dependencias estaban desordenadas, con ropa acumulada, pero nada hace sospechar hacia terceras personas involucradas en las dos muertes ya que no presentaban signos de violencia. Todo apunta a que el marido falleció primero por algún problema de salud y que, como consecuencia de ello, su mujer perdía la vida al no poder recibir la atención tanto médica como alimentaria que le proporcionaba su pareja sentimental. Y es que se estima que ambos llevaban, al menos, cinco días muertos aunque esta cifra podría aumentar hasta los ocho días que hacía que no se le veía a él por la calle. Desde entonces, ningún familiar alertó de la ausencia de ambos, según informaron fuentes cercanas al caso.

La Policía Judicial de la Guardia Civil del puesto de Vecindario inició una investigación, que está a expensas de la autopsia que se le realizará durante la mañana de hoy a los dos cadáveres en el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, adonde fueron trasladados, para conocer las causas de ambas muertes.