Era una antigua amiga de Davide Fervorini, con la que había mantenido una relación aunque nunca llegaron a ser pareja estable. Esa mujer es una de las claves del grupo delictivo desarticulado por la Policía Nacional, que está relacionado con el asesinato del ciudadano italiano en el barrio capitalino de El Fondillo el pasado mes de septiembre después de que cobrara el traspaso del club de cannabis que regentaba en el Puerto. Los agentes procedieron esta semana a la detención de dos nuevas personas implicadas en el crimen, que se unen a las otras cinco que ya fueron arrestadas la pasada semana. El juez encargado del caso, que mantiene el secreto de sumario, las envió a prisión.

Los amigos de Fervorini en la calle Juan Rejón sabían de la presencia de esta mujer, que nada tiene que ver con la chica con la que el italiano inició una relación poco antes de su muerte. Una allegada comentó ayer que el asesinado tenía un problema: contaba todo aquello que le ocurría. No tenía filtro. Y quienes lo conocían sabían que iba a cobrar 9.000 euros por el traspaso del club que dirigía en la citada vía de la capital grancanaria.

El asesinato ocurrió pocas horas después de que ingresara ese dinero. El lunes ya lo había comentado. Tenía pensado dar un giro a su vida. Incluso había dicho que se quería mudar a Vecindario, donde vivía su novia por entonces. Sin embargo, el martes por la tarde ya no se supo nada de su paradero. Algo había pasado con Davide, quien un día antes se había mostrado contento ante lo que él decía que iba a ser su nueva vida.

Según fuentes cercanas a la investigación, entre el lunes 10 y el martes 11 de septiembre, un grupo delictivo le propinó una brutal paliza para robarle el dinero que guardaba en su vivienda de El Fondillo, una cifra sensiblemente superior a los 9.000 euros recibidos por el traspaso. Los componentes de la organización sabían de los movimientos del genovés. La mujer, que fue detenida la pasada semana junto a otras cuatro personas, era la que les proporcionaba toda la información. Su papel fue clave en el robo y posterior crimen.

El cadáver fue encontrado el día 15 de septiembre en Barranco Seco. Estaba desfigurado y unos tatuajes ayudaron a su identificación, según indicaron fuentes cercanas a la familia, que se ha quejado a través de su abogado en Italia, Giuseppe Maria Gallo, por la tardanza de los resultados del cotejo del ADN para su identificación y posterior repatriación de los restos o de las cenizas. Y es que desde aquel día, el cadáver se encuentra en la morgue del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, donde se le realizó la correspondiente autopsia.

El equipo de Homicidios de la Policía Nacional, después de una intensa investigación, procedió la pasada semana a la detención de cinco personas, cuatro hombres y la amiga del fallecido. Tres de ellas, entre ellas la mujer, fueron enviadas a prisión y las otras dos quedaron en libertad con los cargos de encubrimiento.

Las pesquisas continuaron y esta semana se ha llevado a cabo el arresto de dos nuevos implicados. El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Las Palmas de Gran Canaria, encargado del caso, tomó declaración a ambos el pasado jueves, decretando sus ingresos en la cárcel. Se les acusa de los mismos cargos que a los otros tres reos: presuntos autores de un delito de asesinato, otro de robo con violencia y robo con fuerza. Pero, en esta ocasión, el juez incluye un cuarto delito: pertenencia a grupo criminal al entender que habían formado una organización con el propósito de robarle el dinero que tenía guardado.