Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se encuentran en alerta para hallar y detener a Francisco Mejías González, sobre quien pesa una orden de búsqueda y captura tras no reingresar a la cárcel de Juan Grande, en el municipio grancanario de San Bartolomné de Tirajana, tras disfrutar de un permiso penitenciario.

Mejías González había sido condenado a 19 años de prisión en octubre de 2005 por asesinar el día cinco de julio de 2004 a su mujer en el domicilio familiar, sito en el término municipal de Telde. El condenado había apuñalado 36 veces a la víctima y fue el autor de un corte posterior en el cuello de Fabiola González.

Esta orden de búsqueda y captura sobre el no compareciente en el centro penitenciario no se suscribe sólo a Gran Canaria, sino a todo el territorio nacional, y también en toda la Unión Europea (UE) por la existencia de libertad de tránsito, al ser también activado por el Juzgado.

Por todo ello, cualquier movimiento o actuación por parte de Francisco Mejías González podrá ser descubierto "tarde o temprano" por cualquier cuerpo y fuerza de seguridad del Estado, indicaron fuentes policiales.

Además de su búsqueda, también se pusieron en marcha medidas de protección para dos mujeres sobre las que Mejías González tiene órdenes de alejamiento, como aseguró anteayer la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez.

Elena Máñez insistió el sábado en que "todas las fuerzas de seguridad lo buscan" y confió en que en breve pueda ser detenido. Fuentes policiales indicaron que "de momento" no fue arrestado en la jornada de ayer, aunque no precisaron si sabe ya en qué zona está.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas notificó el 17 de octubre de 2005 la sentencia que impone a Francisco Mejías González una condena de 19 años de prisión por ser el autor confeso de la muerte de su esposa, Fabiola González, después de que el jurado popular lo considerara culpable. Asimismo, el magistrado presidente del Tribunal del Jurado, Javier Varona Gómez-Acedo consideró al acusado culpable del delito de asesinato con las agravantes de parentesco y abuso de superioridad y atenuante de confesión de la infracción.

Francisco Mejías declaró ante el Tribunal del Jurado que no se acordaba de haber apuñalado a su mujer. Sin embargo, no negó los hechos y afirmó que "jamás pensé que pudiera llegar a hacer una cosa así". Eso sí, el acusado manifestó que se había marchado de la vivienda una semana antes porque "estaba cansado de las infidelidades de ella". "Me decía que no era lo que yo creía, pero llegué a verla en un coche desnuda con otro".

La madre de la asesinada declaró que Fabiola estaba "atemorizada porque le tenía miedo [al acusado] por cosas que pasaban en la casa". Aseguró que sufría malos tratos por parte de Francisco Mejías. Una tía de la víctima aseguró que su sobrina "sufría maltrato y desde mi casa escuchaba las discusiones".