Al menos diez personas fallecieron por un incendio que afectó durante la madrugada de ayer al centro de entrenamiento del equipo de fútbol del Flamengo, en Río de Janeiro, y que se extendió por el complejo donde se alojan jugadores de la cantera con edades entre 14 y 17 años.

El fuego provocó graves daños en un centro conocido como Ninho do Urubu, construido en 2014 y reformado recientemente. Los Bomberos aún trabajaban ayer por la mañana en la zona, aunque consideraron el incendio ya por controlado y las autoridades investigan sus posibles causas.

Los Bomberos confirmaron al menos diez muertos, entre los que habría seis jugadores, dos de ellos en fase de pruebas, y cuatro funcionarios del club. Además, hay tres heridos, uno de ellos un joven de 15 años que se encuentra en estado crítico con quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo, según fuentes consultadas por el periódico O Globo.

El Gobierno del estado de Río de Janeiro decretó tres días de luto oficial y ofreció ayuda a las familias de las víctimas. El gobernador, Wilson Witzel, encargó a su número dos que supervise el trabajo de las autoridades en el campo de entrenamiento. Por su parte, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, lamentó en un comunicado la "triste tragedia" que afectó a quienes querían cumplir "sus sueños profesionales". Bolsonaro envió su pésame a las familias de las víctimas.

El equipo reaccionó en redes sociales, donde compartió una imagen con la frase: "El Flamengo está de luto". Varias personalidades vinculadas al club y el deporte en Brasil también expresaron su pésame por la tragedia, que también llevó a la Federación de Fútbol de Río a cancelar el campeonato carioca.

Otra sede del Flamengo en Gavea sufrió las consecuencias del temporal que afectó desde el miércoles por la noche y que dejó un balance de seis muertos.