Más de 30.000 euros. Esa es la cantidad que supuestamente pagó a los sicarios de origen argelino el inductor del crimen de Javier Ardines. Según ha declarado en el Juzgado de Llanes uno de los tres detenidos, Djelali B., que reconoció la autoría del ataque, el inductor pagó en varios plazos: primero un adelanto antes del cirmen y después el resto.

La gran pregunta es cómo podía Pedro Luis N. A. -un hombre de origen vasco, casado y con dos hijos-, tener tanto dinero si era propietario de una empresa eléctrica que había quebrado como consecuencia de la crisis económica.

La Guardia CIivl atribuye ese elevado nivel de vida a los negocios ilegales de este hombre que tenía su casa de veraneo a 100 metros de la de Ardines. No en vano al ahora encarcelado se le detuvo hace apenas unas semanas como responsable de la instalación eléctrica de un invernadero en el que se guardaban un millar de plantas de marihuana.

Sería gracias a este mundo de estupefacientes como el reo habría logrado los contactos para el asesinato. Uno de los arrestados aún sigue en Suiza encarcelado.

Pase a disposición

"Asesino, cabrón, ¿qué hiciste?". Fueron algunos de los gritos que lanzaron anoche a la puerta del Juzgado de Llanes varios sobrinos políticos del concejal llanisco Javier Ardines contra Pedro Luis N. A., presunto autor intelectual de su asesinato, el 16 de agosto del año pasado en un camino rural de Belmonte de Pría.

La jueza acusa tanto a Pedro Luis N. A. como a su amigo Jesús M. B. y a Djelali B. de asesinato y ha decretado su entrada en prisión provisional sin fianza. Los tres, que ya pueden comunicarse entre sí, fueron trasladados directamente desde la sede judicial llanisca a la cárcel de Asturias pasadas las doce y media de la noche.

La jueza, que levantó el secreto del sumario, adoptó esta decisión tras la comparecencia de los tres detenidos, en la que Pedro Luis N. A., primo político del edil, se negó a contestar a preguntas y se limitó a dar su versión durante seis minutos: subrayó que ni encargó ni participó en el ataque que acabó con la vida de Ardines.