El preso de Salto del Negro M. G. H., que fue sorprendido el pasado domingo cuando intentaba fugarse a través un agujero que había efectuado en la pared de su celda, tenía un plan que contemplaba introducirse en uno de los camiones que entran y salen habitualmente de las instalaciones penitenciarias para poder así escapar.

M. G. H. tenía las palmas de las manos destrozadas tras pasarse toda la noche rasgando la pared de la habitación. La celda fue clausurada de inmediato a la espera de que se subsanase el boquete.

Según las fuentes consultadas por este periódico, la operación que planeaba M. G. H. tenía pocos visos de éxito puesto que, indicaron, si se introducía en un camión aún tenía que pasar por varios filtros de seguridad antes de lograr abandonar la cárcel.