El hombre de unos 50 años, identificado con el nombre de Suso, que el pasado sábado resultó herido con quemaduras muy graves en el incendio de una infravivienda en el barrio capitalino de Marzagán falleció horas después en el Hospital Insular, adonde fue evacuado. La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de determinar las causas del fuego. Los bomberos ya habían acudido en otras ocasions al inmueble también por fuegos.

Los hechos ocurrieron el pasado sábado en la calle Maestreescuela Monseñor Juan Ramírez Valido, en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria. A las 18.33 horas, el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) recibió una alerta en la que se indicaba que se había producido un incendio en una vivienda abandonada y que había una persona herida. El fuego se había originado en el interior de una especie de chabola, que el fallecido utilizaba como vivienda. Las llamas se habían propagado y habían provocado quemaduras muy graves a la persona que vivía en la casa, un indigente conocido en la zona.

Los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria destinados en el parque de Vegueta acudieron para sofocar las llamas, mientras que una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC) acudió para atender al único afectado.

Los sanitarios procedieron a evacuar al hombre hasta el Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria, donde pocas horas después se confirmaba su fallecimiento, según indicaron las fuentes consultadas. En el servicio también participaron agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, que colaboraron con los diferentes recursos, y de la Policía Nacional, quienes se encargaron de abrir una investigación para conocer cómo se originó el incendio y si hubo más personas implicadas en el mismo.

Fuentes municipales explicaron que éste no es el primer incendio que se produce en la infravivienda, compuesta por varias paredes en ruinas y un techo de planchas bajo el que dormía el fallecido. Ya en al menos dos ocasiones anteriores habían tenido que acudir para apagar otros incendios.

La trágica muerte de Suso ha conmocionado al pueblo de Jinámar, donde solía estar frente a una tienda de 24 horas. Allí se sentaba para ayudar a toda aquella persona que lo necesitara, ya fuera para llevar las bolsas de la compra o cualquier otra cosa que le pidieran. "Era una persona muy noble, tanto que le daba vergüenza pedir", señalaba ayer uno de estos vecinos, apenado por el desenlace de lo que describió que fue "una dura vida". Una persona, incluso, ha ofrecido un nicho para que reciba sepultura. El fallecido contaba que donde dormía se habían metido y le habían robado sus pocas pertenencias.