La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las causas que rodean el aterrizaje de la avioneta Pilatus PC-12/45, matrícula EC-JXM, que arribó el pasado martes al aeropuerto majorero procedente de Ginea Conakry con 380 kilos de cocaína. El instituto armado quiere conocer las circunstancias por las que no se detuvo a los tres tripulantes, a pesar de que fueron identificados, así como por qué no se llevó a cabo la inspección del aparato por parte de la Unidad Canina, cuyo perro destinado a detectar droga tiene su perrera en el mismo aeródromo majorero. Al parecer, el próximo destino del avión era Murcia y, desde allí, el plan establecido era dirigirse a Italia y Gran Bretaña para ir descargando la droga en esos mercados europeos.

El pasado martes a las 21.17 horas aterrizó en el aeropuerto majorero una avioneta sobre la que se sospechaba que podría ser el medio de transporte de droga desde los países del oeste de África, donde se han asentado los narcos latinoamericanos desde hace años. Además, se da la circunstancia de que dicho aparato ya había hecho escala en Fuerteventura el pasado día 22 procedente de Madrid para repostar. Sin embargo, tras la llegada del avión, dos miembros de la Guardia Civil acompañados de un vigilante privado de seguridad se acercaron al aparato para solicitar la documentación de los tres tripulantes. En medios policiales no se entiende cómo no se procedió a la detención de los mismos ante las sospechas que existían.

Los tres hombres se fueron del aeropuerto con destino a una zona turística cercana donde se alojaron en un hotel. Al día siguiente, cuando se descubrió la droga, ya habían desaparecido. Las informaciones apuntan a que alquilaron un barco deportivo y se trasladaron a Lanzarote con la intención de abandonar el Archipiélago. Evitaron en todo momento los controles del aeropuerto y muelles majoreros, dado que las fuerzas de seguridad los había identificado.

Las pesquisas del instituto armado se centran también en saber si la presencia del avión fue introducida en el Sistema Integrado de Gestión Operativa, Análisis y Seguridad Ciudadana (SIGO), una aplicación informática que integra doce nuevas fuentes de información en sus sistemas de gestión de operaciones y de investigaciones policiales y que, además, tiene como objetivo la prevención de delitos o la investigación de los mismos.

El pasado miércoles, la Guardia Civil solicitó al Juzgado de Guardia una orden de entrada y registro de la avioneta. Cuando llegó el guía canino a las inmediaciones del aparato intentó, aún sin estar abiertas sus puertas, lanzarse sobre las alas ante el fuerte olor que le llegaba de la cocaína escondida en dos compartimentos distintos.

La entrada del animal al interior del aparato fue espectacular porque marcó los dos lugares donde tenían escondida la droga. En uno de los habitáculos se recuperaron unas 200 bolsas de droga y, en el segundo más de cien.

Al margen de la apertura de diligencias policiales por parte del instituto armado para esclarecer el delito de tráfico de droga, aunque de momento no hay autores ya que escaparon, se han dictado sendas requisitorias de busca y captura contra los tres hombres que formaban parte de la tripulación y que hasta ahora no han sido localizados.

La unidad Canina de la Guardia Civil de Fuerteventura está compuesta por dos guías y dos perros especializados, uno en la detección de drogas y que ha realizado buenas operaciones, así como otro que está entrenado para explosivos.