Yeremi Vargas, Juana Ramos o Sara Morales son personas que se siguen recordando cada año desde su desaparición debido a la repercusión de sus casos. Sus imágenes conviven con las de otros nombres que son olvidados en el tiempo, como son Carmelo García, desaparecido en Artenara en 2005, o Adolfina Ramos, que fue vista por última vez en Arinaga hace 38 años. En total, una treintena de personas se encuentran desaparecidas en el Archipiélago canario. 11 casos proceden de la provincia de Las Palmas, y 19, de Santa Cruz de Tenerife, según el portal de la Asociación de ayuda y difusión de casos de personas desaparecidas (SOSDesaparecidos)

Entre esas treinta personas se encuentran los últimos nombres que serán incluidos en esta lista. En Gran Canaria son Juan Nicolás Perera Suárez, desaparecido el sábado 6 de abril en Agaete; María del Pino Déniz, que llevan buscándola desde otro sábado, el del 2 de febrero, y José Manuel Quevedo, cuyo último paradero fue el Hospital Doctor Negrín el domingo 10 de febrero.

A ellos se unen el caso hecho público el pasado lunes desde la provincia occidental. Se trata de un ciudadano irlandés, Peter Wilson, que nunca llegó a coger un avión en Tenerife para volver a su país. Peter, de 33 años, fue visto por última vez en las áreas de Costa Adeje y Playa de las Américas una noche después de llegar a las islas, el 24 de marzo de este año.

Las dos principales organizaciones preocupadas y ocupadas en encontrar a estas personas son SOS Desaparecidos y el Grupo de Intervención Operativo de Rescate y Salvamento (GIORS) Canarias. Estos últimos organizan los primeros operativos de búsqueda y rastreo en las zonas en las que se presupone se pueden encontrar a las personas desaparecidas. A ellos se unen, en función de las circunstancias del caso, Salvamento Marítimo y el Grupo de Emergencia y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias.

Precisamente, Salvamento Marítimo y el GES, con el refuerzo de la Guardia Civil y el Grupo Delta de Protección Civil de Agaete, están estos días centrados en localizar a José Manuel Quevedo, el empresario aldeano, de 55 años, sin localizar desde este sábado, día en el que encontraba pescando en tierra en la zona de Faneroque, en Agaete. Hoy se cumple la cuarta jornada desde que se activó la alerta. Por ello, a pesar de los intentos por mar, tierra y aire, la esperanza de hallarlo se enfría debido a las circunstancias del caso. José Manuel se encontraba pescando junto a un compañero hasta que una ola lo lanzó al agua y fue arrastrado por la corriente. Esta persona fue la que dio aviso telefónico al no poder prestarle su ayuda en esos momentos.

Tampoco pintan bien los casos de María del Pino Déniz y José Manuel Quevedo debido al tiempo que ha pasado desde sus desapariciones. María del Pino, de 66 años, que requiere medicación, fue vista por última vez en las Mesas el 2 de febrero. José Manuel Quevedo estaba ingresado como paciente en el Hospital Doctor Negrín hasta el 10 de febrero, el día en que dejó de ser visto.

Otra situación muy diferente es el alarmante aumento de casos de menores que son localizados en menos de dos días desde que se publica la alerta sobre su búsqueda. Estas circunstancias, se sospecha, está relacionada con peligrosos retos virales que están de moda entre los más jóvenes.