La Policía Nacional detuvo el pasado jueves en Valencia a un joven de nacionalidad italiana por la violación de una adolescente británica a bordo de un crucero con bandera panameña que se produjo, según el testimonio de la víctima, cuando el buque de pasajeros surcaba las aguas del Mediterráneo, a medio camino entre Mallorca y Valencia, por lo que se encontraba en aguas internacionales.

El galimatías jurídico que ha generado el caso, derogada la ley española de Justicia Universal que habría permitido enjuiciar el asunto en España, ha provocado que el acusado haya sido puesto en libertad sin cargos tras su paso por el juzgado. La pregunta ahora es quién debe instruir y juzgar al sospechoso.

Los hechos sucedieron cuando el barco completaba el trayecto Palma de Mallorca-Valencia, dentro de un crucero por el Mediterráneo occidental. Durante la madrugada, cuando el buque estaba a medio camino entre ambas ciudades, el ahora detenido abordó a la chica y la introdujo por la fuerza en su camarote, donde la violó. Según el relato de la víctima y la comprobación de los médicos, se trata de una agresión sexual y no de abusos, ya que ejerció violencia e intimidación sobre la chica, de 17 años de edad y que viajaba en el barco con sus padres.

Al tocar tierra, el capitán del barco, siguiendo el protocolo de la compañía para casos de este tipo, alertó a la autoridad portuaria de que una de las pasajeras, menor de edad, había sido violada por otro viajero, a quien tenían perfectamente identificado pero no retenido.

La autoridad portuaria alertó a la Policía Nacional y al juzgado de guardia, lo que puso en marcha la investigación en tierra. La chica fue conducida a la comisaría del Puerto de Valencia para formalizar la denuncia, mientras agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) se desplazaron al lugar para hacerse cargo del caso. Los especialistas de la Policía Nacional acompañaron a la chica al Hospital La Fe , donde fue sometido a una exploración por parte del forense.

Posteriormente, el forense y la Policía Científica se desplazaron al crucero y, con el permiso expreso del capitán, el único con capacidad jurídica en el barco -a todos los efectos, es territorio panameño, al ser ese el pabellón del buque- inspeccionaron el camarote, donde tomaron muestras biológicas. Además, se llevaron la ropa de la chica así como las muestras tomadas por el personal médico del crucero, que aplicó a la perfección el protocolo de agresiones sexuales, lo que garantiza la legalidad de la recogida de evidencias y su posterior uso en la investigación judicial.

A pesar de tratarse de un delito cometido por un extranjero sobre otro -a pesar de que ambos son, todavía, ciudadanos de la Unión-, en territorio extranjero y aguas internacionales, el juez de guardia de Valencia, función que ese día desempeñaba el titular del Juzgado de Instrucción 15 de Valencia, podía tener jurisdicción sobre los hechos al tratarse de una menor. Sin embargo, debía cumplirse un segundo requisito: que el autor tuviese residencia en España. Ante esa posibilidad, el juzgado ordenó a la Policía la detención del sospechoso y la comprobación de esa posible vinculación con territorio español.

Arrestado al regresar a bordo

El supuesto violador, ajeno a la denuncia y a la investigación que pesaban ya sobre él, había salido del crucero, como la mayor parte de los viajeros, para visitar Valencia. La Policía montó guardia en el buque y, cuando regresó para continuar viaje, fue detenido.

Tras su arresto, los agentes precisaron de varias horas para instruir el atestado y verificar, como había solicitado el juez, si tenía o no algún domicilio en España. Para cuando pudieron contrastar que no tenía nexo alguno con el territorio español, lo que dejaba al juez desprovisto de jurisdicción, el crucero ya había zarpado sin él.

De hecho, el buque partió del puerto de Valencia a las 16.15 horas y prosiguió su ruta hacia Marsella con el resto de pasajeros a bordo, incluidas la víctima y su familia.

El detenido fue entregado en el juzgado de guardia a última hora de la tarde del jueves y el magistrado no pudo más que dejarlo ir por falta de jurisdicción sobre lo sucedido.

De todos modos, las evidencias biológicas y la ropa de la víctima recogidas por el forense en el buque han sido entregados en el Instituto de Medicina Legal de Valencia, por lo que el caso sigue abierto aquí mientras se procesan las muestras para poder cotejarlas con el ADN del detenido tomado por la Policía Nacional. Aún así, no quedan resquicios legales para poder juzgar esta agresión sexual en Valencia.