La Policía Nacional atrapa a 23 integrantes de una organización dedicada presuntamente a la extorsión, utilizando como cebo anuncios de contactos sexuales en páginas web. Las víctimas recibían amenazas si no abonaban grandes cantidades de dinero, pagos que finalmente hacían por el temor y la vergüenza a que se hiciera público que usaban páginas de citas. La operación, desarrollada en Valencia y Teruel, ha permitido desmantelar una red que llegó a obtener más de 100.000 euros mediante estas extorsiones, esclareciéndose 80 denuncias interpuestas en 24 provincias. Entre ellas, Albacete, Alicante, Ávila, Barcelona, Burgos, Castellón, Ciudad Real, Córdoba, Elche, Badajoz, Huelva, Huesca, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Ibiza, Salamanca, Santander, Valencia, Valladolid, Zamora y Zaragoza. Cuatro de los arrestados ingresaron en prisión.

Los denunciantes indicaron que habían contactado con las chicas a través de determinados anuncios publicados en páginas web de contactos, siendo embaucados por las chicas para continuar las conversaciones por otro teléfono y así concertar una cita. Posteriormente, la víctima comenzaba a recibir llamadas o mensajes que le exigían dinero por el tiempo que había estado hablando con la chica por la aplicación de mensajería instantánea. Si el encuentro entre ambos llegara a producirse, se solicitaba un nuevo pago indicando que era un sobrecoste por los servicios realizados.

Los autores amenazaban con acudir a verle en persona o con poner en conocimiento de sus familiares el uso de páginas web para contratar diversos servicios sexuales. En ocasiones, intimidaban asegurando que ejecutarían algún tipo de lesión tanto a la víctima como a sus seres más allegados, cuyos datos obtenían mediante ingeniería social. Y en los perfiles de whatsapp utilizaban imágenes de personas de complexión fuerte y, para dificultar su identificación, utilizaban tarjetas de telefonía dadas de alta con identidades falsas.

Los mensajes que las víctimas recibían contenían frases como: "Me voy a ver obligado a ir a por ti", "vas a pagar de una forma u otra", "me duele que voy a tener que joder a tu familia por tu culpa" o "si sigues mis pasos, si no quieres que tu mujer ni nadie se entere: 600 euros".

Realizados los pagos, el dinero era extraído por personas que se llevaban una comisión por dar de alta las cuentas a su nombre y por realizar las extracciones. Seguidamente, entregaban el dinero a otro miembro de la organización para que lo hiciera llegar a los superiores de la organización.