Tres personas tuvieron que ser ayer evacuadas al hospital Dr. Negrín y otras tres fueron atendidas en la zona tras haber inhalado humo, como consecuencia de un incendio acaecido en torno a la una del mediodía de ayer en la cocina de una vivienda situada en la quinta planta del número 56 de la calle Albareda, en Las Palmas de Gran Canaria. Como medida de precaución, en un primer momento fueron desalojadas las familias de 16 domicilios.

"Mucho humo y mucho calor". Este es el panorama que se encontraron los bomberos tras acceder al inmueble afectado, según el sargento de guardia, Naranjo Espino, quien informó que en las plantas superiores auxiliaron a cuatro personas atrapadas en sus casas, aunque se había resguardado en su interior. El inmueble tiene siete alturas.

El incendio se originó, según los primeros datos recabados, en la cocina, aunque afectó a otras dependencias de la casa, en la que viven una mujer de origen finlandés y un hombre africano, aunque también se encontraba otra joven.

Tres jubilados fueron los más afectados por el denso humo que se propagó por el inmueble. Se trata de dos mujeres de 76 y 74 años, y un varón, de 81. Todos ellos fueron trasladados al Dr. Negrín en ambulancias de soporte básico. Y, salvo complicaciones, la intoxicación tenía un carácter leve, según el Servicio de Urgencias Canario (SUC) 112 del Gobierno de Canarias. Tres afectados más fueron atendidos in situ, y no precisaron su traslado a un centro sanitario, según la misma fuente.

Tres camiones de bomberos asistieron al suceso, extinguiendo las llamas en poco tiempo. Y liberaron a los vecinos de las plantas sexta y séptima que quedaron aislados por las llamas.

Entre los vecinos afectados se encuentra María del Carmen Carasa Ruiz, quien vive desde hace casi un año y medio en el piso de al lado del que se produjo el incendio. "Yo no me había enterado de nada, estaba comiendo y llamaron fuerte a la puerta para decirnos que teníamos que salir porque había fuego", aseguró quien fue evacuada junto a su hermana que se encontraba de visita.

"Mi gran preocupación eran mis tres perros, pero la policía se ha portado genial y los ha sacado a todos", apuntó a escasos metros del edificio en el que todavía operaban los bomberos.

Al igual que Carasa, César Fontanillo, el presidente de la comunidad de vecinos del inmueble, tampoco se había percatado de las llamas. Fue su hija Diana Fontanillo quien alertó a toda la familia al darse cuenta del fuerte olor a quemado. "Estaba durmiendo y me desperté del olor, pero al salir no vi nada. Fue al rato, cuando olía cada vez más cuando mi hermano y yo vimos el humo y ya avisamos", explicó.

Según el servicio de emergencias 112, el personal de Cruz Roja se encargó del avituallamiento de los vecinos evacuados por el incendio. Mientras, los servicios policiales aseguraron la zona y colaboraron facilitando el acceso de a los vehículos de emergencias. En este sentido, el suceso atrajo a numerosos curiosos, mientras la calle quedaba cortada al tráfico.