José H. S. y María G. B. residen desde hace ocho años como okupas en el edificio situado en la calle Doctor Apolinario Macías de Escaleritas, en cuya azotea pretendían ayer quitarse la vida después de que les retiraran la custodia de su bebé de mes y medio de edad. El inmueble, que comparten con otra pareja, cuenta con agua corriente y con luz gracias a un generador eléctrico, según indicaron ayer vecinos de la zona.

El propio José H. S. fue el primero en empezar a vivir en este bloque, que antiguamente pertenecía a la iglesia y que había sido utilizado como residencia de madres solteras y para la juventud, antes de ser arrendado por una persona, según indicaron las mismas personas. Quedó en estado de abandono y fue entonces cuando aprovechó el hombre que ayer se atrincheró en la parte alta para comenzar a vivir en una de las habitaciones.

Durante los últimos años, numerosas personas también han utilizado estas instalaciones para instalarse ante la falta de vivienda. Primero fue otro matrimonio, que aún permanece en una de las viviendas situadas en la parte baja. Después llegaron ciudadanos extranjeros procedentes de países como Rumania, Polonia o Bulgaria. En aquellos años, según esta misma fuente, se vivieron numerosos altercados, que provocaron que la presencia de policías fuera casi diaria. "Nos decían que iban a tener que montar aquí la Comisaría", indicó un vecino.

Generador eléctrico

Desde hace un tiempo, la situación se tranquilizó y en la actualidad sólo las dos parejas residen habitualmente en este edificio de cuatro plantas, que cuenta con agua corriente y con electricidad gracias a un generador eléctrico. Asimismo, José H. S. se ha preocupado por adecentar su vivienda, en la que residían hasta hace un año y medio sus tres hijos de 9 y 5 años, y seis meses, hasta que este último murió atragantado. Fue entonces cuando le quitaron la custodia de los otros dos niños.