Una zamorana que arrojaba comida e incluso excrementos, orines y basura a la calle desde su vivienda no podrá usar el piso durante tres años tras ser condenada por el juez por provocar una "convivencia insoportable" en la comunidad en la que reside, en la calle de Huerta de Puerta Nueva, en el número 40. La mujer deberá indemnizar a los perjudicados con 3.258,23 euros por los desperfectos materiales y daños morales causados. Los vecinos llegaron a contratar a un detective privado para pillar a la acusada infraganti, profesional cuyos honorarios, 4.658,5 euros, están incluidos en las costas del juicio, lo que eleva la cantidad a pagar a 7.916,73 euros.

El juez castiga la conducta incívica que se imputa a la mujer, de iniciales M.J.R.V., por tirar desde la ventana comida y excrementos desde la ventana de su piso, que caían por las terrazas de otras casas y por la fachada del inmueble. La imputada llegó a introducir orines y agua por los sumideros de su piso, sustancias que acababan en plantas inferiores a la suya.

La comunidad pudo probar ante el magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de la capital que la procesada escupía en el ascensor, rompía cristales y ocasionaba ruidos continuos, a horas intempestivas, actos por los que los vecinos le instaron a modificar su actitud sin lograrlo. La única salida posible a la pesadilla que han vivido los dueños del resto de inmuebles fue la vía judicial, demanda a la que la mujer ni siquiera contestó, "lo que motivó que el juez la declarara en rebeldía", explica el abogado que ha defendido los intereses de los afectados, Ignacio Esbec Martín, del despacho Esbec y Pastor.

El letrado incide en la "insalubridad" de los actos cometidos por la ahora condenada, que acumula 22 denuncias de sus vecinos y que provocó daños a la finca común, por lo que la Junta de Propietarios del inmueble acordó interponer la demanda que ahora se resuelve con la condena de M.J.R.V., para quien solicitaron medidas cautelares para que cesara en su conducta.

El informe de la Policía Municipal corroboró los daños, junto a vídeos y fotografías de diferentes días de los desperfectos en zonas comunes, algunas imágenes con la propia imputada en plena acción, justifican la sentencia condenatoria, en la que también han influido los antecedentes penales de la acusada por hechos similares.