La mató. La golpeó con un objeto contundente y le robó las joyas que guardaba, que vendió posteriormente en una tienda de compraventa de objetos. Luego tiró el arma homicida a la basura y avisó a sus vecinos de que se iba a pasar el fin de semana al Sur. Pepe el Liso, el autor confeso del crimen de su amiga Rosi en la vivienda de esta en el barrio capitalino de Escaleritas el pasado jueves, ya duerme en prisión acusado de los delitos de homicidio y robo.

La Policía Nacional informó ayer en un comunicado de nuevos detalles sobre el crimen que conmocionó al populoso barrio. Todo sucedió el citado jueves. Rosi (60 años) y José, conocido como Pepe el Liso (58 años), se conocían desde hacía unos quince años. Los vecinos apuntaron que llegaron a ser pareja, aunque de eso hace ya un tiempo. Mantuvieron la amistad, tanto que se veían con mucha frecuencia. Los vecinos del portal situado en el número 17 de la calle Dean Rodríguez Bolaños recuerdan que era normal verlo subir o bajar a la vivienda de Rosi, de la que además, supuestamente, tenía una copia de las llaves. Era habitual que estuvieran juntos. Él la solía acompañar a hacer la compra o a sacar dinero. Ella lo hacía siempre luciendo numerosas joyas, tanto que algunas vecinas la habían advertido de que algún día iba a sufrir un robo.

Ese robo ocurrió el día del crimen. Según indicó la policía, ambos habían mantenido una discusión. El ahora preso cogió un objeto contundente y le propinó un certero golpe en la cabeza a Rosi, que cayó al suelo en la cocina. Después cogió las alhajas que la víctima guardaba y abandonó el domicilio. Nada hacía presagiar lo que había ocurrido en el interior del domicilio. La puerta no estaba forzada. Los vecinos no habían escuchado ruido alguno.

Pepe el Liso también se encargó de que esa normalidad no se rompiera. Primero se deshizo del arma homicida, tirándola a la basura, como reconoció después a los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial que procedieron a su detención. Después se encargó de decirles a los vecinos que se iba a ir al Sur a pasar el fin de semana. Aunque este testimonio extrañó a quienes lo conocían. El homicida era educado, solía saludar, pero raras veces adelantaba sus planes.

No fue hasta el sábado cuando el crimen salió a la luz. El único hijo de Rosi, de unos 35 años, estaba extrañado. Llevaba desde el viernes intentando ponerse en contacto con ella sin éxito, por lo que decidió ir a visitarla a su casa, cerca de la conocida como iglesia redonda. Sobre las tres de la tarde entró en la casa. En el suelo de la cocina yacía el cadáver de su madre sobre un charco de sangre.

Dio aviso a la Policía Nacional, que movilizó un amplio dispositivo ante la evidencia de que se había producido una muerte violenta en el interior del domicilio. Los agentes encargados de la investigación analizaron el inmueble. Comprobaron que la puerta no estaba forzada. Tampoco había muestras de desorden. Aunque sí determinaron que faltaban decenas de alhajas que la víctima solía portar encima. Los investigadores lo tenían claro: el principal sospechoso era Pepe el Liso, la persona que más tiempo pasa con Rosi, con quien era vista habitualmente y que supuestamente tenía un juego de llaves. La misma persona que había desaparecido el fin de semana para pasarlo en el sur de la Isla en compañía de una mujer. El caso quedó bajo secreto de sumario.

Sin rastro del arma homicida

No fue hasta el mediodía del domingo, 9 de junio, cuando se produjo la detención. Los agentes lo esperaban en la estación de guaguas de San Telmo. Portaba una bolsa de deportes en cuyo interior se encontraron numerosas joyas de la fallecida, algunas de ellas con su nombre inscrito. En ese momento, los investigadores procedieron a su arresto como presunto autor de un delito de homicidio y otro de robo. La sorpresa llegó cuando el propio Pepe, "de forma voluntaria y espontánea", reconoció que había matado a Rosi el 6 de junio tas una discusión, que la había golpeado con un objeto contundente que había tirado a la basura, que aún no ha sido hallado; y que le robó las joyas. Parte de estas ya habían sido vendidas en un comercio de compraventa de artículos de segunda mano de Las Palmas de Gran Canaria, como comprobaron los funcionarios del cuerpo de seguridad.

El detenido, que en sede policial declinó hacer declaraciones, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 7, después de que se descartara que se tratara de un caso de violencia de género ya que ambos no mantenían una relación sentimental. El juez Francisco Javier García García-Sotoca decidió antes de ayer el ingreso en prisión preventiva incondicional y sin fianza de Pepe el Liso como presunto autor del homicidio de Rosi, informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. La investigación sigue abierta para determinar si la calificación de homicidio podría derivar en asesinato.