La Guardia Civil ha detenido en la zona de ocio de Guardamar del Segura (Alicante) a un hombre que supuestamente portaba consigo 18 dosis de cocaína, mientras se disponía a distribuirla de forma inminente por los diferentes bares de la localidad.

Según han informado desde la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, agentes del cuartel de Guardamar del Segura observaron el pasado domingo 9 de junio en la zona de ocio de la calle Luis Rivera de dicha localidad, a un hombre cuya actitud les llamó la atención. No paraba de dar vueltas a la calle en su coche, por la mencionada calle, en la que se encuentran diversos bares y una sala de apuestas. Transcurridos unos minutos, el individuo se bajó del turismo y deambuló por las calles cercanas, regresando momentos después a su vehículo.

Los agentes hicieron caso de su experiencia policial y decidieron identificarle, así como también realizarle un cacheo superficial de sus pertenencias. De esta forma, le encontraron un bote metálico, en el que portaba 15 bolsitas plásticas, a primera vista dosis de cocaína, preparadas para su distribución inmediata.

Al registrar el vehículo en el que este hombre circulaba anteriormente, los agentes encontraron 3 bolsitas (dosis) más, así como 243 euros, en billetes pequeños, probablemente procedentes de la recaudación de ventas recientes, de esta misma sustancia estupefaciente. Por estos hechos, el hombre quedó inmediatamente detenido, por un presunto delito contra la salud pública, por tráfico de drogas.

Tras esto, los agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Guardamar procedieron al registro de su domicilio, en el que encontraron material utilizado por el detenido para la manipulación y dosificación de la sustancia estupefaciente, así como también diversas cartillas bancarias, con saldos considerables.

La particularidad de esta actuación policial radica en que el detenido es un jubilado, español de 64 años, quien se dedica a merodear por la zona de ocio de la localidad, utilizando su propio vehículo y entregando la droga a sus clientes, directamente en el lugar dónde éstos se encuentren, sin tener un punto fijo de distribución de la droga y pasando totalmente desapercibido, debido a su edad.

Tras pasar a disposición de la autoridad judicial, se ha decretado su ingreso en prisión provisional, a la espera de juicio.