Lo detuvieron cuando ya se había separado de su mujer y ella descubrió sus imágenes íntimas en un ordenador que se había dejado su ex en casa. La mujer le dijo a la policía que también encontró sedantes en la vivienda y empezó a sospechar que la había drogado para hacer los vídeos sexuales. La mujer también descubrió imágenes de su hija adolescente mientras se vestía, grabadas a escondidas por el que había sido su pareja. Además, le había robado a la niña los selfies íntimos que se hacía. Los agentes registraron todos los dispositivos electrónicos y hallaron escenas muy parecidas de otras mujeres cambiándose de ropa. El detenido almacenaba pornografía infantil y la policía investiga si ha estado grabando vídeos a mujeres en otros centros de trabajo. El juez lo ha dejado en libertad con cargos.