El derrumbe de unos diez metros de muro natural ocurrido a primera hora de la tarde de ayer provocó el desalojo de dos edificios del barrio del Risco de San Nicolás, en Las Palmas de Gran Canaria. Los primeros análisis apuntan a una obra paralizada hace años como posible germen del incidente al quedar el risco sin contención. Los afectados tuvieron que ser reubicados temporalmente en un hotel del barrio de Alcaravaneras.

Los hechos ocurrieron en torno a las 12.30 horas en la calle Teide cuando la pared natural que sujeta un camino vecinal se vino abajo, quedando el pasaje en el aire y con riesgo de derruirse. Al lugar se desplazaron los bomberos del parque de Miller Bajo, Policía Local, Protección Civil y técnicos del Ayuntamiento para estudiar el estado en el que quedaba la estructura, que ya ayer presentaba grietas.

Los bomberos y técnicos, tras analizar el muro, decidieron proceder al cierre de un tramo dado el riesgo existente de que se produjera un derrumbe. Asimismo, desalojaron a las ocho personas que residen en las tres viviendas del inmuebles situado en el número 7 ante la imposibilidad de estos de acceder a su edificio. Quienes residen en el número 9, en cambio, pudieron continuar en sus domicilios al tener otra entrada desde la calle Mulhacén, según indicaron fuentes municipales consultadas.

La Concejalía de Servicios Sociales se encargó de reubicar a las ocho personas de las tres familias afectadas en el Hotel Valencia, mismo establecimiento al que fueron trasladados los vecinos de las cinco viviendas del paseo de Chil que también tuvieron que ser desalojadas el pasado mes de abril por un derrumbe de tierra.Obra paralizada hace 20 años

Los vecinos de la calle Teide apuntaron que el derrumbe se produjo sobre un garaje cuya construcción se paralizó hace unas dos décadas. Las obras, según indicaron los residentes, se adentraron en el risco y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ordenó detenerlas ante los daños que había originado al muro natural que este viernes se derrumbó.

El accidente genera, además, trastornos para algunos de los vecinos. Es el caso de Pino Peña Galván, residente en la calle Teide y con problemas de movilidad, que ahora se ve obligada a utilizar las escaleras para acceder a su vivienda situada en el número 11. "Al menos tengo la barandilla donde agarrarme", señaló con resignación Peña, quien se vale de una muleta para poder caminar. "A ver si lo arreglan pronto", declaró esperanzada.

Pino Peña también recordó que esta no es la primera vez que la citada vía se cierra al paso de personas. Hace aproximadamente año y medio, uno de los extremos tuvo que ser clausurado ante las obras para construir un muro de contención por prevención ante la posibilidad de que se produjera un derrumbe.

Los técnicos municipales tienen previsto regresar el próximo martes a la zona para evaluar de nuevo el estado de la pared. El objetivo es comenzar cuanto ante las obras con la idea de crear un muro de contención que permita reabrir el paso de los vecinos afectados.

Este es el segundo contratiempo de este tipo al que se enfrenta el Consistorio capitalino en poco más de dos meses. Durante la madrugada del pasado 11 de abril, un muro del paseo de Chil se vino abajo y dejó a los vecinos de la Ladera del Cuyás sin poder entrar a sus viviendas. En total, se desalojaron 29 residentes en la zona limítrofe de la zona afectada, de unos 50 metros de longitud. El desmonte de tierra y hormigón, que cayó sobre la acera próxima a los inmuebles, provocó el cierre de uno de los carriles de la vía y adecentar el recién construido carril bici para el uso de los vehículos a motor. Parte de los afectados aún no han podido regresar a sus casas.