La auxiliar de clínica del hospital de Alcalá de Henares acusada de matar a dos ancianas inyectándoles gas ha reiterado hoy en el juicio su inocencia y ha dicho que tiene "la conciencia tranquila y el corazón limpio". "Llevo años trabajando en sanidad porque me gusta dar vida, no quitarla", ha añadido.

Beatriz L.D, que se enfrenta a una petición del fiscal de 40 años de prisión por dos asesinatos, ha hecho uso de su derecho a la última palabra para dirigirse al jurado que le juzga en la Audiencia Provincial de Madrid y asegurarle: "Solo he dado lo mejor de mí hacia los pacientes".

La acusada, que presuntamente inyectó gas en las venas de dos ancianas en 2015 y 2017, ha dicho que si el jurado prueba su inocencia y, tal y como solicita su defensa, el juez le concede la libre absolución, cuando se reincorpore a su puesto de auxiliar en el hospital lo hará "con la cabeza muy alta".

"Beatriz, alias 'el ángel de la muerte', como me han llamado, no ha matado a nadie", ha dicho, y ha señalado a uno de los médicos de su hospital, que según ella "tiene algo en contra" suya y es quien le ha implicado en los hechos.

La auxiliar, sostiene el fiscal, introdujo gas o aire en las venas de dos ancianas a través bien de jeringuillas o de una máquina de oxígeno "con la intención de causar su muerte" y todo apunta a que lo hizo por su creencia en "la muerte digna y la legalización de la eutanasia".

En un informe de hora y media de duración, el fiscal ha desgranado las razones por las que considera acreditado que fue Beatriz quien cometió los asesinatos. La principal son las cámaras de vigilancia que se situaron en los pasillos tras la primera muerte "sospechosa", que grabaron a Beatriz como la última en entrar en la habitación de la segunda víctima.

Aunque ha insistido al jurado en la importancia de la presunción de inocencia, ha concluido que "alguien lo ha hecho y nadie más que Beatriz lo ha podido hacer".

En la misma línea han hablado los abogados de las acusaciones particulares y popular -ejercida por el Defensor del Paciente-, quienes creen que hubo más casos y piden para la acusada prisión permanente revisable.

Los letrados han señalado que las declaraciones de los médicos y las enfermeras del hospital "coinciden todas" y sitúan a Beatriz siempre alrededor de los "hechos extraños" cuando estos sucedían, "y siempre intentando dar explicaciones para exculparse por algo que había hecho".

En su opinión, la auxiliar "tuvo la oportunidad, tuvo el tiempo suficiente y tuvo los conocimientos técnicos para hacerlo", y además "era plenamente consciente de lo que estaba haciendo".

En concreto, el letrado de la familia de la segunda víctima ha titulado su informe "Las 12 contradicciones de Beatriz", y las ha explicado al jurado para concluir que "toda su declaración -que para otro abogado es la principal prueba incriminatoria-, contrastada con las demás pruebas, arroja demasiadas contradicciones".

Por su parte, la defensa de la acusada ha denunciado el "sesgo" que a su juicio marcó la investigación policial desde el primer momento y ha sostenido que "no es que esté Beatriz en los hechos sospechosos que se investigan, sino que solo se investigan los hechos sospechosos donde está Beatriz".

Ha dicho que la auxiliar "ni pierde ni gana nada con todo esto" y ha planteado varias versiones alternativas como que las muertes se debieran a una mala praxis médica, que entrara aire en el cuerpo de las víctimas después de su muerte, o que se tratara de otro miembro del personal sanitario quien lo hiciera.

Ahora corresponde al jurado popular, que desde esta tarde se reunirá para deliberar, dictaminar la culpabilidad o inocencia de la auxiliar.