A las tres menos cuarto de la tarde, a plena luz del día y a escasos 50 metros de la Delegación del Gobierno y a otros tantos del Colegio de Educación Infantil y Primaria Aguadulce en Las Palmas de Gran Canaria, los vecinos de la calle Molino de Viento presenciaron una nueva pelea con cuchillos, piedras y palos. La reyerta finalizó con una mujer herida, que fue trasladada a un centro hospitalario. Había comenzado en una vivienda ocupada que, según los residentes de la zona, se ha convertido en un punto de prostitución y consumo de estupefaciente. Estos aseguran que no aguantan más.

Uno de los residentes, después de escuchar una discusión, grabó desde uno de los edificios todo lo que ocurrió en torno al número 6 de la citada calle. En las imágenes se puede apreciar cómo una pareja llega a la fachada del inmueble y comienza a pegar patadas y a vociferar gritos. Él, con un cuchillo con una hoja de unos 15 centímetros, amenaza a las personas que están dentro y comienza a golpear la ventana. En otro momento de la trifulca, una tercera persona, que reside en la citada casa junto a una mujer, coge un palo. Lo hace después de que, supuestamente, el hombre que lleva el cuchillo tirara una piedra a la vivienda que impactó en la cara de la mujer, según indicaron los vecinos.

Los agentes de la Guardia Civil destinados en la Delegación del Gobierno y de la Policía Nacional acudieron al lugar. Estos comprobaron que había una persona que sangraba de manera abundante y que tenía un fuerte golpe en la cara. Una ambulancia de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario (SUC) también fue movilizada y la afectada fue atendida y trasladada con policontusiones de carácter menos grave al Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria.

Los vecinos mostraron ayer su hartazgo después de vivir un nuevo suceso que tiene su origen en el número 6 de la calle Molino de Viento, una vivienda que, según estos, pertenece a Bankia y está ocupada por dos de las personas implicadas en la pelea. Es tal el cansancio que ni siquiera alertan a las fuerzas de seguridad cuando ocurren incidentes como el de ayer. "Ya no llamamos a la Policía, porque estamos deseando que pase algo para que precinten la casa de una vez", indicaron.

Quienes llevan viviendo años en este tramo de la calle, entre la Delegación y el colegio, declararon que la situación se ha vuelto insostenible. "Llevo 18 años aquí y le aseguro que desde hace dos me digo que tengo que irme de aquí", afirmó uno de ellos, que empieza a enumerar los incidentes que han ocurrido durante el tiempo que estas personas llevan ocupando este inmueble.

Uno de ellos ocurrió a principios del año pasado. Prácticamente, los mismos hechos que acaecieron ayer. Entonces los protagonistas de la pelea volvieron a esgrimir armas blancas a escasos metros del colegio, en el que estudian unos 300 niños. También se han producido dos incendios en el interior de la casa terrera. En uno de ellos, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria procedió a precintarlo, pero, según los vecinos, la mujer regresó, retiró la cinta y volvió a ocupar la casa pese a que existe riesgo de derrumbe, siempre según la versión de los residentes de esta calle de la capital grancanaria.

Estos mantuvieron una reunión en marzo del año pasado con el entonces subdelegado del Gobierno de España en Las Palmas, Luis Molina, en la que explicaron la preocupación que tenían por la inseguridad que se vivía en la zona debido a los problemas que se derivaban de los residentes en la vivienda e hicieron hincapié en que ocurrían muy próximos a un centro educativo infantil. En aquel encuentro también participó un jefe de la Policía Nacional, que amplió la presencia de agentes en la zona.

Sin embargo, los vecinos denuncian que esto no ha impedido que sigan ocurriendo sucesos y que la casa se convierta en un narcopiso. Incluso llegaron a recoger firmas para solicitar que se tapie la casa para así poner fin a un problema que les tiene sin dormir.