Agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife detectaron hace unos días un vehículo estacionado en una plaza de estacionamiento reservada para Personas con Movilidad Reducida (PMR). Los policías observaron que dicha tarjeta estaba en muy mal estado de conservación y que algunos datos esenciales, como su caducidad, eran ilegibles. Además, se logró confirmar que el titular de la misma había denunciado su extravío.

Mientras procedían a sancionar al vehículo apareció una mujer que aseguró ser la propietaria del mismo, manifestando a los agentes que la tarjeta en cuestión era de su pareja y que este hombre se encontraba en un consultorio médico ubicado en las proximidades. Los policías se acercaron hasta dicha instalación y confirmaron que los datos aportados por la mujer no eran correctos y que esa persona no estaba siendo atendida por dichos facultativos.

Una vez retirada la tarjeta acreditativa se solicitó a la mujer, de 48 años, que explicara la situación, no ofreciendo ninguna respuesta congruente, llegando un punto en el que la misma decidió no contestar a las preguntas de los agentes. A la vista de la situación se tomaron todos sus datos y se procedió a tramitar diligencias policiales para remitirlas al juzgado por un posible delito por falsedad documental, ya que se constató el uso fraudulento de documentos auténticos por quien no está legitimado para ello.