La imagen lo dice todo. La forma de dos pies diminutos quedó dibujada esta mañana en una camiseta blanca impoluta de Gustavo Rodríguez Verona, miembro de Cruz Roja. Son las plantas de uno de los cinco niños que viajaban en la patera que fue interceptada en el sur de Gran Canaria con un total de 29 persona a bordo, entre ellos cinco niños (tres bebés y dos de seis años). El pequeño estiró sus piernas cuando fue rescatado y estas fueron a aterrizar en el pecho del voluntario.

Los migrantes dejaban atrás dos días en alta mar en una infraembarcación después de que las mafias aprovecharan la ventana de buen tiempo y buena mar que está presente estos días en el Archipiélago, pese a que a primer ahora de esta mañana reinaba una marejada en el sur de las Islas.

Una embarcación de Salvamento Marítimo los rescató a primera hora de la mañana a dos millas de Maspalomas y los trasladó al muelle de Arguineguín. Allí les esperaban los miembros de Cruz Roja, que montaron un dispositivo para atenderlos junto con los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Durante el desembarco se produjo el momento que después fue captado por una fotografía. Los pies ennegrecidos del niño, que se habían ensuciado durante los dos días que permaneció en la patera, se posaron en la camiseta.

Inconscientes del peligro que habían pasado, los pequeños llegaron a tierra con energía y ganas de correr. Lo hacían semidesnudos, con unos pañales como única prenda. Y los miembros de Cruz Roja no dudaron en jugar con ellos, fabricarles globos con los guantes y hacerles reír mientras los adultos, 13 mujeres y 11 hombres, eran atendidos por sus compañeros en el muelle.