Seis días después del paso del huracán Dorian por el norte de las Bahamas nada consuela a las miles de personas que siguen sin poder salir de las zonas afectadas y que lo perdieron todo en el temporal. Cientos de evacuados continuaron llegando ayer a Nueva Providencia, donde se encuentra la capital del archipiélago, Nassau. Supervivientes del huracán Dorian que arrasó Gran Bahama y las Islas Ábaco. Mientras, la llegada de esta perturbación al territorio de la costa atlántica de Canadá, ya convertida en ciclón post-tropical, provocó numerosos cortes de electricidad y la caída de árboles. Así como el desplome de una grúa de construcción en el centro de Halifax, la capital de la provincia de Nueva Escocia.

La cifra oficial de muertos en Bahamas es de 44, frente a los 43 anteriores, según confirmó ayer a los medios locales el ministro de Salud del archipiélago, Duanes Sands, quien reiteró que el número subirá "significativamente" y que los cadáveres de algunas personas nunca podrán ser recuperadas ya que fueron arrastradas a alta mar en medio de la tormenta.

Desde que se iniciaron las labores de rescate la Guardia Costera de Estados Unidos, quienes colaboran con las fuerzas de Seguridad del país caribeño, ya ha salvado a 308 personas. Este proceso se está llevando a cabo de forma dispar, lenta y discriminatoria, señaló el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis. Los que aún siguen sin poder salir de las islas afectadas se enfrentan a la falta de comunicaciones, electricidad, combustible y agua potable, y, lo que es peor, a no volver a vivir en sus casas.

Ni el haber sido salvado, ni el agua que no han tenido en días ni la comida que reciben a su llegada los lugares de Bahamas no afectados por Dorian sirve para calmar la ansiedad que sienten los supervivientes, pues saben que nunca más volverán a su vida anterior y, lo que es peor, afrontar el futuro sin nada. Para mitigar esta situación, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha enviado cerca de 1,5 toneladas de provisiones para los afectados, un cargamento que permitirá suministrar agua potable a más de 9.500 niños y familias.

En Canadá, el Gobierno anunció ayer que desplegará efectivos militares para que participen en los trabajos de recuperación una vez que pase la tormenta, según informó el ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale, a través de la red social Twitter. Las autoridades locales han instado a todos los que viven cerca de la orilla del mar a evacuar la zona por precaución. Más de 300.000 personas en la provincia de Nueva Escocia ya se han quedado sin luz, según ha indicado la compañía Nova Scotia Power.