La relación del casco histórico lagunero con el fuego sumó ayer un nuevo capítulo. El Ateneo, institución cultural y señera ubicada enfrente de la fachada de la Catedral, sufrió graves daños a consecuencia de un incendio que devoró su última planta por causas que están siendo investigadas. El humo, el olor a tea quemada, las sirenas de los bomberos... volvieron a tomar Aguere trece años después de aquel infausto 23 de enero de 2006 en que ardió la Casa Salazar, sede del Obispado. La nota positiva fue que no hubo daños personales y que un porcentaje significativo de las obras de arte que albergaba el edificio se salvaron de las llamas, según confirmaron del Ayuntamiento de La Laguna.

Fue en torno a las 15:30 horas cuando se declaró el fuego. Tres unidades del Parque de Bomberos de San Benito y un amplio operativo de la Policía Local de La Laguna se trasladaron hasta el lugar, en pleno corazón de la ciudad, donde se fijó un cordón de seguridad que tuvo que ser ampliado en varias ocasiones y en el que se agolpaban los vecinos. El incendio iba a más. Se sumaron también recursos de bomberos de Santa Cruz. El techo cedió y el cielo quedó a la vista a través de las ventanas del inmueble. Miles de litros de agua vertidos desde una autoescala fueron los que permitieron que, en torno a las seis menos cuarto de la tarde, el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, pudiese anunciar que el incendio estaba controlado.

"Ibamos por la Vía de Ronda cuando vimos una columna de humo. Dimos la vuelta por si había pasado algo en nuestra casa", relató Priscila Rodríguez. "Tenía previsto pasar la tarde en la playa de Las Teresitas pero al ver el fuego, decidimos dar la vuelta y cerciorarnos de que las llamas no procedían de nuestra casa", apuntó esta vecina para añadir: "También pensamos que la catedral podría estar ardiendo".

Fue el primer edificio en el que ondeó una bandera con la que se pretendía identificar al Archipiélago. Fue en 1907 cuando izaron un lienzo azul con siete estrellas blancas, colocadas en la misma posición en la que se encuentran las Islas, para expresar el malestar existente en Canarias con el Gobierno de Madrid.

Pese a que aún habrá que esperar a que los técnicos analicen el estado del edificio, el fuego hizo que el techo de tea cediera. "Vimos una llamarada enorme y luego escuchamos un gran estruendo", manifestó Beatriz Mederos, quien se encontraba en la zona próxima a la catedral en el momento en el que se inició el incendio. "La gente corría asfixiada y muchos pensaban que el fuego procedía de la catedral", apuntó Mederos.

Las llamas sorprendieron a Juan García cuando se dirigía en su coche hacia la capital tinerfeña. "Aparqué el coche y corrí hacia Juan de Vera porque resido en esa misma calle". Esta imagen traía a la memoria de muchos laguneros cómo las llamas habían reducido a cenizas el Palacio de Salazar, sede del Obispado de Tenerife. Aquel 23 de enero de 2006, La Laguna casi pierde una de sus joya arquitectónica del siglo XVII debido al fuego que se originó en la segunda planta de esta construcción barroca. En el recuerdo de la ciudad pervive otro incendio: el declarado en 1964 en la antigua iglesia de San Agustín, cuyas ruinas aún esperan por un proyecto que devuelva el lustre a uno de los templos más antiguos de Canarias. Su historia se remonta a 1501, y en ella está la lápida sepulcral más antigua, la de Jorge Grimón.