El asesino y la víctima del crimen de la Sima de Jinámar se conocían. Eran compañeros de faena: solían viajar desde Tenerife a Gran Canaria para presuntamente delinquir y después regresar a su Isla. La Policía Nacional sigue atando cabos sobre el brutal asesinato de un hombre de unos 30 años y natural de Tenerife, cuyo cadáver fue encontrado en el tubo volcánico con disparos, el rostro desfigurado y las piernas partidas. Los agentes han hallado en la playa de La Garita el arma de fuego con la que supuestamente se produjo el asesinato, aunque aún no han determinado el lugar exacto en el que ocurrió.

La detención del autor se llevó a cabo en Tenerife, adonde regresó después de que se tuvieran lugar los hechos probablemente a inicios de la pasada semana o durante la anterior. Según las fuentes consultadas, era habitual que ambos se trasladaran hasta Gran Canaria para cometer actos delictivos, sobre todo relacionados con robos, para después regresar a su isla. Los agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Telde y del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Canarias tratan de determinar qué fue lo que motivó que acabara con la vida de su colega. Se baraja un ajuste de cuentas.

Otra de las incógnitas es la localización del crimen. Si bien el arrestado ha confesado la autoría ante los indicios que habían recabado los investigadores durante los últimos días, no ha proporcionado más datos acerca de lo ocurrido. En un principio, no involucra a más personas.

El hallazgo del cadáver se produjo el pasado viernes, 4 de octubre. Fueron dos hombres quienes se percataron de la presencia del cuerpo cuando acudieron a visitar el tubo volcánico. El fuerte hedor les hizo alongarse y ver al hombre, que yacía boca abajo y a poco más de un metro de caer hasta el fondo del agujero, que tiene una profundidad de 80 metros. Los bomberos del Consorcio del parque de Telde se encargaron de izar el cadáver en una complicada operación. En la misma Sima, los policías se encontraron durante la inspección un casquillo de bala, que coincidía con que el cuerpo había recibido varios disparos.

Los agentes de la Policía Nacional iniciaron una investigación para tratar primero de identificar el cadáver, que estaba indocumentado. Para ello se apoyaron en los tatuajes que tenía. Una vez identificado el mismo día de los hechos como un hombre de unos 30 años y con residencia en Tenerife, los agentes comenzaron a indagar en el entorno de la víctima hasta dieron con el autor confeso, que fue detenido en Tenerife. Ambos se conocían y, según la mismas fuentes, viajaban entre islas con el único propósito de delinquir.

En los días siguientes, el cuerpo policial halló un arma de fuego en la playa teldense de La Garita, que se asocia con la utilizada en el asesinato.