Miguel López mató a su suegra en ejecución de un plan previamente trazado y pillándola totalmente desprevenida sin que tuviera la más mínima posibilidad de defenderse.Es lo que sostiene el fiscal José Llor, acusación pública en el proceso por el asesinato de María de Carmen Martínez que mañana, casi tres años tras el crimen, comienza a juzgarse en Alicante con el yerno de la víctima como único acusado.
Nueve personas elegidas por sorteo tienen desde este próximo lunes y durante las tres próximas semanas la tarea de escuchar cerca de un centenar de testimonios (entre testigos y peritos, además del relato del sospechoso si no se acoge a su derecho a no declarar), y la responsablidad de concluir si Miguel López mató o no a la viuda del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Vicente Sala de dos disparos en la cabeza la tarde del 9 de diciembre de 2016 en el lavadero de Novocar. Un establecimiento de automoción propiedad de la familia y del que era el gerente en aquellos momentos.
En la labor de demostrar la culpabilidad del acusado en un proceso complejo por la inexistencia de pruebas directas que le incriminen (no hay testigos ni se ha localizado el arma, entre otros handicaps a los que se enfrentan las acusaciones). El fiscal Llor cuenta con el trabajo que como acusador particular en nombre del hijo mayor de la víctima, Vicente Sala Martínez, está realizando el abogado Francisco Ruiz Marco.
Ambos consideran a Miguel López culpable de un delito de asesinato (como autor material e intelectual) y de otro de tenencia ilícita de armas con la agravante de parentesco por los que solicitan más de 24 años de prisión: 23 años por el primer cargo y 18 meses por el segundo. Condena de la que, de así acordarse, habría que descontar los 39 días que el acusado permaneció en la prisión de Fontcalent tras ser de tenido a los dos meses del crimen.
Contra todo pronóstico en ese momento y en una arriesgada jugada que le salió bien a su entonces abogado, el murciano José Antonio García, el magistrado José Luis de la Fuente, instructor de la causa, acordó la libertad provisional del acusado previo pago de 150.000 euros, la retirada del pasaporte, la prohibición de salir de España y la obligación de presentarse semanalmente en el juzgado.
Y así lo ha venido haciendo desde marzo de 2017, primero en el juzgado y después en la Audiencia de Alicante, pese a que ahora tiene fijada su residencia familiar en Madrid, donde también podría haber cumplido esta medida cautelar.
Además de la ausencia de pruebas directas, Miguel López cuenta a su favor con los resultados del análisis de los restos de ADN localizados en las vainas de los proyectiles que acabaron con la vida de María del Carmen, que concluyen que no son suyos, y con los también resultados negativos de la prueba de la parafina que determina si se disparó un arma por los restos de pólvora que deja en las manos y ropa.
Puntos oscuros
El acusado, no obstante, tendrá que explicar algunos de los puntos oscuros que encierra su declaración ante el instructor, única ocasión hasta el momento en la que ha dado su versión de los hechos.Tendrá que aclarar, por ejemplo, qué hacía el coche de su suegra y dueña del establecimiento en el lugar más recóndito del mismo, el lavadero, cuando la operativa era que los vehículos una vez lavados se estacionaban en el exterior hasta que los propietarios iban a recogerlos.
Un sistema de trabajo avalado por los empleados, algunos de los cuales vieron el Porsche Cayenne de la María del Carmen fuera del lavadero la misma mañana del día del crimen.Quien volviera a introducirlo es clave para determinar lo que investigadores y acusaciones consideran la preparación del escenario del crimen. Algo que atribuyen a
López quien, precisan, sabía de la inexistencia de cámaras en el local y, por lo tanto, de la impunidad con la que se podía actuar.
Importante para apuntalar esta hipótesis es también el testimonio de la administrativa a la que su jefe le indicó que citara a la víctima para recoger su coche a últimas horas de ese día 9 de diciembre. Y el del empleado que habitualmente se encargaba del lavadero, y a quien ese día López envió a realizar unas tareas fuera de Novocar.
También querrá escuchar el jurado de boca del acusado el motivo por el que, nada más ser le comunicado (mientras se encontraba en casa de una de sus cuñadas) que su suegra acababa de ser tiroteada, en vez de salir sin dilación para ver qué había ocurrido, hizo una parada de unos tres minutos en su casa.
Un movimiento del que hasta casi dos años después no ha dado una explicación. Y no lo hizo él sino su defensa, el letrado Javier Sánchez Vera,a través de un escrito. Asegura que entró a decirle al mediano de sus hijos queno podría llevárselo esa tarde a la academia.
El papel de los tiempos
Un papel protagonista en esta vista oral, al igual que lo han tenido a lo largo de los casi tres años de instrucción, van ser los tiempos. El tiempo que Miguel López tardó en llegar desde Novocar al complejo de Vistahermosa, donde en aquellos momentos vivían todos los Sala y hoy apenas pasan vacaciones y algún que otro fin de semana. El tiempo que María del Carmen tardó en fallecer tras recibir los dos disparos.Tiempos por los que durante el juicio se asistirá a una batalla de peritos en defensa de sus respectivos informes. Estudios en algunos casos con conclusiones tan peregrinas como que María del Carmen estaba utilizando el WhatsApp cuando ya había recibido los dos disparos y se había llamado al 112.
El dinero como móvil
Con una investigación que arrastra lagunas tales como excluir al hijo mayor de la víctima y a su familia de los pinchazos telefónicos acordados para el resto de los Sala. O,en lo que fue la última diligencia de la instrucción, dejar sobre la mesa sin ir más allá un informe que desvela la existencia de dos centenares de llamadas telefónicas en las semanas previas al crimen entre el acusado y el propietario de un desguace, Jesús Tavira. En lo que parecen no tener duda los investigadores es en el móvil: la lucha encarnizada por el control del holding empresarial familiar valorado en cerca de 100 millones de euros con una facturación anual que supera los 200 millones de euros.
Una guerra que continuó después del asesinato con un cruce de demandas en los juzgados entre el hijo mayor y sus tres hermanas que se retiraron cuando los cuatro alcanzaron un acuerdo para separar sus destinos: el primogénito compró la parte de la empresa del plástico a sus hermanas por 48 millones.Hoy no se hablan.
El juicio arrancará el 14 de octubre en la Palacio de Justicia de Benalúa y está previsto que se prolongue durante 17 sesiones hasta el 7 de noviembre con la comparecencia de hasta 91 testigos y peritos.
Mañana lunes se iniciará con la constitución del tribunal popular y la inspección ocular. ?Tras la selección de los nueve jurados titulares y los dos suplentes que formarán el tribunal popular, lo que será a partir de las 09.00 hora canaria.
Por la tarde visitarán el lugar del crimen. La inspección ocular a Novocar está señalada a las 17.00 horas pero el fiscal va a pedir que se atrase para que las condiciones lumínicas sean similares a las de día del crimen.
Al día siguiente, día 15 de octubre, está previsto que tenga lugar el interrogatorio de Miguel López, único acusado, así como la declaración de testigos Israel Fernández-Montes y José Manuel Esclapez. El miércoles día 16, las declaraciones de los testigos Herminio Fuentes, Andrés López, Cristina Rosa Lillo y Vicente Sala Martínez (hijo). Y así continuarán las declaraciones de todos los testigos convocados hasta el mismo jueves día 24 del mismo mes.
Finalmente, durante los días posteriores, 25 y 26 de octubre, tendrán lugar las declaraciones de los policías. Luego, en las siguientes jornadas las dos de los peritos. Y si todo continúa como está previsto, ya en enero, sera la emisión de los informes el día seis y en el día siguiente la entrega del objeto del veredicto para su liberación.
