La Fiscalía del Principado de Asturias va a solicitar la condena de una mujer acusada de maltratar y desatender a su hija de 3 años, por la "dejación absoluta que hizo de sus obligaciones como madre". La acusada padece una deficiencia mental leve y depresión y se enfrentará a las acusciones públicas en una vista oral que está señalada para mañana, 15 de noviembre, en Oviedo.

La acusada tiene una hija, nacida en 2014, con la que residía en el concejo de Piloña. El Ministerio Fiscal sostiene que la mujer hacía una absoluta dejación de sus obligaciones parentales respecto de la menor, "en lo relativo a su alimentación, vestido y aseo, imponiéndoselas a su bisabuela, nacida en 1934, que vivía con ellas".

Posiblemente a consecuencia de esa desatención y por falta de estímulos adecuados, la niña mostraba en 2017 -cuando contaba tres años- una "ausencia de control de esfínteres, dependiendo del uso del pañal, y retraso en el lenguaje". Se apreció en ella "un retraso madurativo en el desarrollo cognitivo-conductual". Además, en distintos fines de semana, de modo frecuente, la acusada abandonaba su domicilio y en él a la menor, para pasar el mismo en compañía de su pareja. Igualmente, la acusada, de modo reiterado, golpeó en el rostro y otras zonas del cuerpo a su hija.

La Fiscalía recoge en su informe que "ante el aumento de tal situación violenta y el temor a que la acusada dejase el domicilio familiar para pasar a vivir con su nueva pareja, llevándose a la niña -con el consiguiente desamparo de la misma-, la bisabuela puso los hechos en conocimiento de los servicios sociales". La menor fue llevada a un centro hospitalario y allí se le apreció "dermatitis en ambos pulgares y barbilla debido al babeo continuo de la menor; hematoma de varios días de evolución en ángulo interno del ojo izquierdo y en mejilla derecha, existiendo en esta última una zona de coloración más oscura que podría coincidir con una digitación; herida en el cuero cabelludo; restos de hematomas muy evolucionados en las extremidades inferiores; arañazos que pudieran tener origen animal; lesiones de picaduras en nalgas y extremidades". De todas estas afecciones la niña no estaba siendo tratada, puesto que la acusada no la llevó a los correspondientes servicios médicos.

Como consecuencia de la exploración médica realizada se puso en marcha el protocolo de prevención del maltrato infantil y se dispuso que de inmediato se ingresara a la menor, que ahora tiene cinco años, en un centro tutelado del Principado, donde aún sigue y donde mantiene una muy buena evolución "en todos los ámbitos de su desarrollo".

Fiscalía recoge que la acusada padece una deficiencia mental leve y depresión a tratamiento medicamentoso, "lo cual afecta sus facultades cognitivas, del lenguaje y de la socialización que le impiden asumir las responsabilidades de atender las necesidades básicas físicas y cognitivas de la niña, para las cuales no tiene suficiente capacidad".

Aún así, se considera que los hechos imputados son constitutivos de un delito de maltrato habitual con el añadido de abandono de familia y por eso solicita que se condene a la acusada a 2 años de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el periodo de duración de la condena; privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 4 años; inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad durante 5 años; prohibición de acudir al domicilio de la menor, aproximarse a la misma a una distancia inferior a los 500 metros y comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento, todo ello durante 3 años; y, como medida de libertad vigilada, la prohibición del ejercicio de la patria potestad durante 10 años.