Las nueve personas, cinco hombres y cuatro mujeres, que forman el jurado popular en el proceso por el crimen de Diana Quer han iniciado al mediodía de este martes el proceso de deliberación sobre los hechos enjuiciados, para determinar el grado de culpabilidad del único acusado, Enrique Abuín Gey.

En torno a las 14,15 horas, el juez Ángel Pantín ha entregado a los jurados el 'objeto de veredicto', el conjunto de preguntas sobre hechos concretos que deberán decir si han quedado o no probadas en el transcurso de las sesiones. Posteriormente, votarán si consideran a Enrique Abuín culpable o no culpable de los cargos que se le atribuyen.

Las partes han permanecido reunidas algo más de hora y media para elegir los hechos justiciables a los que deberán responder los jurados, que deben debatirlos y votarlos uno a uno antes de decidir un veredicto.

Después, durante más de una hora, el juez les ha instruido sobre el modo en el que deberán llevar a cabo esta labor, con "independencia absoluta y arreglo a su conciencia", y les ha dado algunos apuntes sobre el modo de valorar la prueba practicada y las implicaciones de los delitos que se juzgan.

Aislados

En primer lugar, el jurado debe elegir un portavoz, que será el encargado de guiar las deliberaciones y, en su momento, de trasladar el veredicto a la sala. Desde este mismo martes y durante todo el proceso, los miembros del jurado permanecerán aislados e incomunicados, se reunirán durante el día en una sala de los juzgados de Fontiñas y, si no alcanzan un veredicto, irán a dormir a un hotel compostelano, donde no tendrán contacto con otras personas.

Durante sus encuentros, tendrán que poner "en común" y debatir de forma separada cada una de las cuestiones del objeto de veredicto, de las que deberán decidir si han quedado probadas o no. "Es muy importante que agoten la discusión, el intercambio de opiniones y de pareceres mejora la calidad de la decisión", les ha dicho el juez.

En voz alta y por orden alfabético, los jurados votarán cada uno de los items, que abarcan aspectos debatidos en el juicio, como si Enrique Abuín secuestró a Diana en A Pobra, si le arrebató el teléfono o si abusó sexualmente de ella, una operación que harán todos y cada uno, dado que la abstención podría llevar aparejada una multa.

El objeto de veredicto, ha indicado el magistrado, incluye tanto hechos favorables como desfavorables para el acusado. Para considerar probado un hecho desfavorable a Enrique Abuín, deberán votar afirmativamente siete de los nueve jurados, mientras que para considerarlo no probado deberán aceptar esta opción cinco de ellos.

La decisión sobre cada uno de los elementos "debe estar fundamentada" y el jurado debe justificar la decisión tomada en las pruebas y elementos que constan en la causa, así como "por qué descartan" otras pruebas. También deberán argumentar el veredicto de culpabilidad o inocencia.

De hecho, el que la decisión no estuviese bien argumentada sería uno de los elementos que permitirían al tribunal devolver el veredicto una vez entregado, igual que si no se pronunciasen suficientemente sobre los hechos o si fuese contradictorio. Tres devoluciones implicarían la anulación del juicio.

Uso de la "razón"

En la última sesión, el juez ha instado al jurado a valorar "con aspecto crítico" lo tratado en las diferentes sesiones, poniendo "el máximo esfuerzo" y "la máxima dedicación" en su cometido. "Tienen que hacer uso de su razón. Nadie se puede fiar solo de corazonadas o de intuiciones", ha dicho el magistrado.

A mayores, les ha explicado de modo breve las implicaciones que tienen algunos de los delitos y agravantes que se incluyen en las penas, como la existencia de asesinato con ensañamiento, que implica "causar a la víctima padecimientos innecesarios para la ejecución del delito", o la alevosía, que establece la "eliminación de la posibilidad de defensa".

También les ha explicado la diferencia entre las dos tesis alternativas que mantiene la defensa, el homicidio imprudente, que no trata de producir la muerte, y el homicidio con dolo eventual, en la que el acusado, aún sabiendo que puede producir la muerte pero sin buscarlo, continúa la conducta.

En cuanto al delito contra la libertad sexual, una de las claves en el caso, se han incluido items para tres grados de gravedad, que van desde la violación hasta cualquier acto de contenido sexual, pasando por el hecho de que pudiese haber tenido la intención de violarla pero no la hubiese materializado.

Una prueba más allá de la duda razonable

En cuanto a la valoración de las pruebas, el juez ha recordado al jurado que deben tener en cuenta la presunción de inocencia a la hora de valorar las pruebas, que deben ir "más allá de toda duda razonable". "Deben estar convencidos con la razón de que estas pruebas llevan a una conclusión, partiendo no de intuiciones", ha destacado.

"Si creen que ha razones que permitan dudar, no pueden considerar la decisión que toman. Tienen que estar convencidos", ha dicho el magistrado, alegando que una cuestión a tener en cuenta es "que la otra alternativa no sea razonable". En todo caso, ha vinculado este convencimiento a la lógica, dado que "no hay una certeza científica".

"Nada en la prueba es dogma de fe", ha explicado el juez, que ha explicado que si los indicios "se interrelacionan" y "se fortalecen", también constituyen una prueba válida.

Desde este martes, el jurado mantendrá reuniones para llegar a un veredicto que, cuando esté redactado, se leerá en presencia de las partes y del acusado. Posteriormente, será el juez el encargado de redactar la sentencia con la pena acorde a este veredicto.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular consideran a Enrique Abuín culpable de los delitos de agresión sexual, detención ilegal y asesinato con alevosía, por lo que piden para él prisión permanente revisable. La defensa reconoce un homicidio imprudente o, en todo caso, un homicidio con dolo eventual, lo que oscilaría entre los dos y medio y los siete años de cárcel.