Siete mujeres y una niña de dos años se encuentran entre las víctimas mortales de la patera que había salido de Gambia y que naufragó este miércoles en la costa de Nuadibú -en el extremo norte de Mauritania- cuando trataba de llegar a Canarias. El número de migrantes muertos a causa del naufragio ha aumentado a 62, según el último balance oficial.

Fuentes de seguridad, que se basaron en declaraciones de un sobreviviente gambiano, agregaron que el número de pasajeros que viajaban a bordo del barco siniestrado era de aproximadamente 175, todos de Gambia, incluidas 13 mujeres y la niña fallecida.

El ministerio de Interior mauritano señaló hoy, en la primera reacción oficial del Gobierno de Mauritania, que hasta esta mañana han aparecido 58 cadáveres arrojados por las olas hacia la costa de la ciudad de Nuadibú.

El sobreviviente añadió, durante el interrogatorio policial, que la patera había partido de las costas de la capital de Gambia, Banjul, el pasado miércoles 27 de noviembre, en una de las rutas más largas que se recuerdan para un viaje de este tipo.

Según las mismas fuentes, la tripulación de la patera perdió el camino mientras se acababa la comida y el combustible, y decidió navegar hacia las playas de Mauritania para abastecerse.

Sin embargo, las violentas olas volcaron la embarcación y todos sus ocupantes cayeron al agua; solo los que sabían nadar pudieron alcanzar la costa y ponerse a salvo.

El sobreviviente reveló que el costo financiero de este intento de migración ilegal fue de aproximadamente 760 euros por persona.

Después de su interrogatorio, los sobrevivientes serán expulsados a su país de origen, mientras que los cuerpos rescatados fueron enterrados anoche en tumbas individuales a las afueras de Nuadibú.