Uno de los espacios del Real Casino de Tenerife, en la capital tinerfeña, fue escenario de una escena de película de mafiosos. De esas en las que unos personajes hacen serias advertencias a otros para que dejen de molestarles. Y para ello utilizan a varios individuos musculosos que intimidan a cualquiera. Pero esta vez en la señera institución social de Santa Cruz no se grababa ningún largometraje de gángsteres.

A raíz de tales hechos, una empresaria inmobiliaria de Tenerife, identificada como Renuka Satyani C., de 38 años, fue detenida por agentes de la Policía Nacional como presunta autora de los delitos de obstrucción a la Justicia, amenazas y lesiones. Y los investigadores continúan la búsqueda de los tres hombres corpulentos que la acompañaron para presuntamente agredir y advertir a otro inversor de que debía retirar una demanda para intentar cobrar el dinero que le deben.

La historia comenzó en el momento en que dicho intermediario en operaciones inmobiliarias decide recurrir a la Justicia para percibir una cantidad económica que le debe la empresa propiedad de la ahora acusada y su padre. Según fuentes cercanas a la investigación del caso, la mujer detenida decide solicitar una reunión con el empresario y su letrado con el objetivo de llegar a un acuerdo extrajudicial. Y el encuentro se concertó para la mañana del pasado 21 de noviembre en las instalaciones del Real Casino de Tenerife. Los agentes trabajan con la certeza de que la víctima y su abogado llegaron en primer lugar y accedieron a una pequeña sala de juntas. Eran las nueve y media de la mañana. Poco después, por las escaleras del edificio situado en la Plaza de la Candelaria subieron cinco personas. El padre de la ahora acusada se quedó en el hall.

Y a la primera planta accedieron tres matones y Renuka Satyani. Al representante jurídico del afectado, uno de los hombres musculosos lo invitó a salir del recinto con la frase: "¡Tú, sal de aquí ahora mismo!", según explicaron las fuentes consultadas.

Uno de los implicados cerró la puerta e impidió que alguien entrara. En base a la información recabada por los investigadores, uno de los matones se acercó al empresario y le ordenó: "¡Quita la demanda!". E, inmediatamente, le pegó un puñetazo que llegó a la oreja izquierda y la parte lateral-posterior de la cabeza.

A continuación, según las fuentes consultadas, la advertencia fue: "Eso es lo que te va a pasar a ti, a tu familia y al otro" empresario, que no se hallaba en la reunión en ese momento y al que presuntamente también le adeuda dinero la mercantil de la ahora acusada. Los gritos de la víctima fueron escuchados por su abogado, perteneciente a un conocido bufete de Madrid, y un camarero, que no pudo entrar a la pequeña sala de juntas a llevar los cafés que poco antes le solicitaron.

Después, las cuatro personas, junto al padre de la arrestada, Antonio Satyani, abandonaron el edificio. Su entrada y salida del inmueble quedó registrada en las cámaras de vigilancia del Real Casino. Según fuentes cercanas a la investigación, las amenazas surtieron efecto y el inversor vivió unos momentos de pánico. Y durante varios días se planteó si debía poner los hechos en conocimiento de la Policía Nacional o no, ya que teme por su vida y la de sus seres queridos. Finalmente, puso la denuncia la puso.