Cuando tocaron tierra se dieron un abrazo que reflejaban que estaban vivos gracias a que habían realizado una maniobra perfecta. Dos pilotos tuvieron que amerizar en la mañana de ayer una avioneta en la costa norte de Gran Canaria después de sufrir una avería en un motor y planear durante seis minutos. Ambos consiguieron salir por sus propios medios del aparato, que quedó a unos cien metros de la costa y aunque fueron trasladados hasta un centro de salud, declinaron ser atendidos. Durante la emergencia, el Centro de Control Aéreo de Aena en Gando llegó a solicitar el cierre de la autovía GC-2 para que se realizara el aterrizaje de emergencia, aunque finalmente se anuló ya que la tripulación decidió hacerlo en el mar.

Los dos ocupantes, de 33 y 25 años, habían salido 8.52 de la mañana del Aeródromo de El Berriel con la Diamon Aircraft DA-20 Katana de la Escuela de Pilotos Canavia, una aeronave monomotor de 7,2 metros de longitud y 10,9 de envergadura con capacidad para piloto y copiloto con la que pretendían volar hasta La Gomera y regresar. Ambos, ya con el título de piloto conseguido, se disponían a realizar una práctica más para seguir añadiendo horas a su currículo. El vuelo con el indicativo CNA18 seguía su curso normal: habían llegado hasta Las Palmas de Gran Canaria, que cruzaron a la altura de Alcaravaneras, y seguían por toda la costa mientras cogían altura. Cuando se encontraban por Roque Prieto, en Santa María de Guía, detectaron que tenían problemas mecánicos. Iban a unos 960 metros sobre el nivel del mar. Entonces, el motor de repente se gripó, la hélice se paró, generó un pequeño humo y soltó un olor aceite en la cabina.

Fue entonces cuando dieron la voz de alarma, el conocido 'maiday' aeronáutico. Eran las 9.17:52 horas. Los dos pilotos realizaron entonces todo el procedimiento que en tantas ocasiones habían entrenado anteriormente. Avisaron al centro de control de que tenían un problema y que estaban planeando sobre el litoral norte de la Isla. Al mismo tiempo, cambiaban el rumbo por completo y empezar a volar con dirección a la capital grancanaria siempre cerca de la costa. Cuando estaban por El Pagador, a las 9.21:23, realizaron un giro de 380 grados mientras seguían perdiendo altura de manera inevitable. El motor estaba parado y llevaban ya más de tres minutos planeando.

Durante ese tiempo, los controladores dieron aviso al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 para solicitar la opción de que tomaran tierra en la autovía GC-2, así que desde la sala se contactó con la Guardia Civil de Tráfico. Pero la opción era completamente inviable. En ese tiempo, ambos pilotos se disponían a amerizar.

"El piloto lo hizo perfecto", decía un surfista testigo de todo lo ocurrido. "Nos pasó por encima, tenía la hélice parada y amerizó junto a la piscina" de El Altillo, en el municipio de Moya, a un centenar de metros de las casas y evitando, asimismo, las numerosas rocas que hay entre las aguas. Lo hacían a las 9 horas y 23 minutos de la mañana a unos 40 nudos de velocidad (74 kilómetros por hora). Los vecinos se alarmaron y vieron cómo las dos personas que iban en el interior consiguieron salir por su propio pie. Antes, habían cerrado el depósito de combustible para evitar cualquier tipo de contaminación, según indicó una fuente cercana a los hechos, que añadió que realizaron una maniobra "perfecta".

Ambos comprobaron que el aparato flotaba, se pusieron el chaleco salvavidas y primero uno y después el otro se tiraron al agua en una zona en la que prácticamente podían hacer pie. Ya en la costa, se dieron un abrazo y los vecinos del barrio moyense acudieron para saber cual era su estado de salud y para atenderlos. En ese tiempo, se realizó un amplio despliegue de medios: bomberos del Consorcio de Emergencias del parque de Arucas, agentes de la Guardia Civil del puesto de Santa María de Guía, sus compañeros del Destacamento de Tráfico que fueron avisados ante la posibilidad de tener que cortar la carretera, Policía Local, una ambulancia sanitarizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC), una embarcación de Salvamento Marítimo y el helicóptero del Grupo de Emergencias y Seguridad (GES) del Gobierno de Canarias.

Entre tantos medios, los dos pilotos explicaban a los agentes qué era lo que había ocurrido y ratificaban que se encontraban en buen estado de salud. Por su parte, los bomberos trasladaron la avioneta junto a los callaos del litoral para asegurarla antes de ser retirada. Pese a su reticencia de ser atendidos, los dos afectados fueron evacuados en una ambulancia hasta un centro de salud para un chequeo que, sin embargo, no se realizó debido al buen estado de salud.

La aeronave fue retirada por una grúa de grandes dimensiones. Este procedimiento dejó constancia de la limpieza con la que habían amerizado puesto que los trenes de aterrizaje quedaron intactos. Pese a ello y que sólo se registraron daños en el fuselaje, las mismas fuentes precisaron que la avioneta queda "siniestra" debido al estado en que quedan los instrumentos por los efectos del agua de mar.

Ahora, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) abrirá una investigación para conocer las causas por las que el motor sufrió la avería. Fuentes de la empresa propietaria de la avioneta indicaron que esta cuenta con toda la documentación obligatoria y que técnicamente estaba bien. Da la casualidad que otra aeronave de la Escuela de Pilotos Canavia sufrió el pasado viernes un incidente en el Aeroclub de El Berriel cuando el tren delantero de otra avioneta se rompió cuando tocó la pista durante el aterrizaje. Las dos pilotas que iban en el interior también salieron ilesas. Esta empresa también era propietaria de la avioneta que en 2013 se estrelló contra el Macizo de Tamadaba, provocando la muerte de sus tres ocupantes. La investigación determinó que el accidente se produjo porque la tripulación se desorientó durante el viaje nocturno que realizaban.